CUARESMA, CAMINO DE LA PASCUA!

No es posible meternos en cuaresma (cuarenta) sino por el anhelo de la Pascua. Juan viene en nuestra ayuda: <> (Jn 13,1).

A esto, precisamente, nos prepara la cuaresma: a dar, personal, familiar y comunitariamente, el paso, con Cristo, de este mundo al Padre, de las tinieblas a la luz, del ayuno a la comida, de la tristeza a la alegría, de la muerte a la vida.

Pero no basta tener las ideas claras. La cuaresma del verdadero creyente es, sobre todo, una oportunidad para favorecer la experiencia de Dios y la comunión con los hermanos; para forjar en nosotros mismos una persona nueva, convertida por la palabra de Dios; para verificar la fortaleza de nuestra fe, remover el hálito de nuestra esperanza y reavivar nuestra capacidad de amar según el corazón de Dios; para ayunar el ayuno de la mesa compartida, el ayuno del reconocimiento de un Dios fuente de toda abundancia, que quiere una creación compartida en la que nadie muera de hambre; para abrir nuestro corazón, con verdad y sencillez, a la salvación del Dios que nos ama en Jesucristo.


Manuel Rubio (SDB)

0 comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More