Roma, 13
septiembre 2012
Queridos
paisanos y miembros de la
Familia de Don Bosco:
Me
hubiera gustado mucho acompañaros en esta excepcional visita que Don Bosco nos
hace, pero no ha sido posible. Don Antonio Rides puede comentaros las gestiones
que ha hecho para que así fuera.
El
20 de septiembre pasará a la historia de Pozoblanco como una de esas fechas
inolvidables. El 20 de septiembre del 2012 será un día que recordaremos
siempre, porque recibimos a una de las personas que ha marcado, de una manera
significativa, la cultura de nuestro pueblo y a cada uno de nosotros.
El
que nació en la región italiana del Piamonte ha dejado de pertenecer a Italia
para convertirse en un patrimonio de la humanidad. En el continente africano,
en Asia –todas las obras salesianas de la India se llaman Don Bosco-, en América, en los
rincones más insospechados de la tierra, ahí se encuentra Don Bosco. Pertenece
a todos porque su particular forma de entender la vida y el Evangelio lo han
hecho suyo millones de personas del
mundo entero.
Hace
años que llegó a nuestro pueblo con la presencia de los primeros salesianos y,
seguramente, que se llevó una grata sorpresa. Muchos de los valores por los que
apostó en su vida pueden definir a la gente de Pozoblanco. Nuestra religiosidad,
el valor que le damos al trabajo, la natural inclinación que tenemos de
centrarnos en lo esencial, la sencillez, la autenticidad, la templanza, la
capacidad de lucha en el día a día,…es lo que Don Bosco se encontró en su
primera visita a Pozoblanco, hace ya muchos años, y son valores en los que se
define su persona y la original propuesta salesiana. Desde aquel momento
podemos decir que había llegado a su casa.
Ahora
viene de nuevo de una manera solemne. Seguro que sonreirá contemplando el fruto
de la semilla sembrada. Mirará a nuestro interior y se dará cuenta que,
gran parte de lo mejor de nosotros, de
lo que, de verdad, nos permite darle sentido a la vida, se lo debemos a El. Su
presencia nos anima a seguir apostando por lo que nuestro
visitante ilustre apostó.
Este entrañable
santo nos ayudará a ser mejores cristianos y
ciudadanos más honrados. Os deseo que sigamos haciendo en bien como lo
hemos hecho hasta ahora. Recibamos a Don Bosco como uno de los nuestros y
convirtamos la bendición que nos trae en una permanente acción de gracias a
Dios y a nuestra querida María Auxiliadora que es otro de los tesoros
impagables que San Juan Bosco regaló al pueblo de Pozoblanco.
Un fuerte abrazo
para todos.
Eusebio Muñoz
Ruiz. Sacerdote salesiano