Hace unos días estuve presenciando una “Mesa Redonda” que organizó
la Unión de Cofradías, de Semana Santa de mi Ciudad, con motivo del sesenta
aniversario de su fundación, allá por el año 1954, y en la que participaron
tres Presidentes insignes de las Agrupaciones de la Semana Santa Andaluza: el
de Málaga, el de Sevilla y el de Jaén, junto al de Úbeda que hacía de anfitrión
El Acto me satisfizo y estuvo muy bien. Todos hablaron muy documentadamente de sus
respectivas Agrupaciones y de sus múltiples actividades. Como colofón, se abrió un turno de preguntas-respuestas, muy
interesante también. Me gustaría destacar, porque viene al caso de lo que deseo
transmitir en este artículo, una intervención del Presidente Sevillano que
coincide plenamente con mis ideas y que de no haber sacado él el tema, yo tenía
preparada una pregunta al respecto.
Me refiero al tema de la FORMACIÓN de los Cofrades y para los Cofrades. Para mí
es éste un objetivo importantísimo, que no se debe olvidar en las
Programaciones de todas y cada una de nuestras Cofradías y Hermandades de
Pasión, Gloria o Patronales. Y en los ambientes Salesianos andaluces tenemos
bastantes Cofradías. Sin una formación
seria, programada y debidamente escalonada, podemos caer en un activismo
excesivo y predominante que nos haría estar vacíos, huecos y con el peligro de
que todo lo programado y realizado se caiga por tierra y se derrumbe, como lo
haría un edificio sin cimientos sólidos.
La Formación es algo tan necesario como urgente, ya que
algunos Cofrades, desde las Catequesis
de Comunión, Confirmación - si están confirmados- y Prematrimoniales, para los
que estén casados, no han tenido otras en su vida, nada más que las que les
pueda ofrecer su Cofradía o Hermandad. De ahí la gran responsabilidad del
Presidente o Hermano Mayor, del Vocal de
Formación y sobre todo del Consiliario-Sacerdote, que debe ejercer además como Director Espiritual.
Por lo que es importantísima la labor de los Vocales de Formación, que deben ser Cofrades bien
preparados e idóneos para el cargo, y de los Capellanes de cada Cofradía y
Hermandad. Labor didáctica y docente en los temas de la Iglesia, en el
conocimiento de la Biblia, de los Documentos y Cartas pastorales de nuestros Obispos,
de las Encíclicas, Mensajes y
Exhortaciones del Papa y en fin de todos aquellos documentos que nos vayan
poniendo al día y nos vayan formando en temas bíblicos, morales, religiosos y
catequéticos, para que estando cada vez más preparados podamos actuar mejor y hacer más bien a
nuestros semejantes. Otros temas de índole social, laboral, política o sindical
también deben interesar al Cofrade comprometido, para hacer un mundo más justo
y más feliz; pero no es a este tipo de formación a la que hoy quiero referirme,
consciente como soy de que es tan necesaria como la otra, para construir en
este mundo la “Ciudad de Dios”, que dijera S. Agustín, en medio de la “Ciudad Humana”.
Y no quisiera terminar sin traer a colación un documento del
Papa Francisco, en el que están plasmados su pensamiento y sus consejos para
esta Cuaresma del 2014. El Mensaje del Papa gira en torno a esta frase de la
Epístola a los Corintios: “Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (2
Cor. 8, 9). De este Mensaje voy a entresacar
algunas de las frases que más me han llamado la atención, al ir leyéndolo y que nos pueden servir cada
una de ellas para una reposada meditación:
“San Pablo indica el camino personal y comunitario de conversión, dirigido a los cristianos de
Corintio, para alentarlos a ser generosos y a ayudar a los hermanos de
Jerusalén que pasaban necesidad”.
“El amor divino es gracia,
generosidad, deseo de proximidad y que no duda en darse y sacrificarse por
las criaturas a las que ama”.
“Hay una única y verdadera miseria: no vivir como hijos de Dios y hermanos de Cristo”.
“Estamos llamados los cristianos a mirar las miserias de los
hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas”. Y sigue el Papa
aclarando los tres tipos de miserias que acosan a las personas:
-
Miseria
material, que es la que llamamos pobreza.
-
Miseria
moral, que es la que nos convierte en esclavos
del vicio y del pecado (dependencia del alcohol, drogas, juego,
pornografía), que podría llamarse casi suicidio
incipiente.
-
Miseria
espiritual, que es la que nos golpea cuando nos alejamos de
Dios y rechazamos
su Amor. El antídoto es el Evangelio de Jesús.
“Dios es el único que
verdaderamente SALVA Y LIBERA”.
Concluyo con la
última frase del mensaje del Papa, especialmente dirigida a los que piensan que para ellos la Cuaresma se arregla con dar
un poco más de limosna, intentando con
ello tranquilizar su conciencia; a esto
el Papa dice tajantemente:
“Desconfío de la
limosna que no cuesta y que no duele”
Úbeda y Febrero de 2014
Fernando Gámez de la
Blanca: Coordinador Inspectorial HDB
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