LECTIO DIVINA. 2º DOMINGO DE CUARESMA


     Lectio  divina             Fuente: DABAR
Domingo 2º Cuaresma Ciclo “C”   24 de Febrero 2013
Gn 15, 5-12, 17-18; Sal 26, 7-14; Flp 3,17 – 4,1; Lc 9, 28b-36
1.      Oración inicial:
Señor y Padre nuestro, tu amor nos sobrepasa. Tanto nos has amado que quedamos boquiabiertos ante tu fidelidad. Ayúdanos a vivir unidos a Ti para que en medio de las dificultades podamos permanecer firmes en el seguimiento de tu Hijo Jesús, Salvador nuestro. 
2. Lectura comprensiva: Lc 9, 28b-36
En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle». Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
3. Comentario bíblico:
a. Aclaraciones al texto
V.28 En aquel tiempo. Este encabezamiento habitual del texto litúrgico encubre la indicación temporal del evangelista: Unos ocho días después de estas palabras, en referencia a la invitación hecha por Jesús a seguirle en su camino de cruz y de gloria (9,21-27). A lo alto de una montaña. La montaña como lugar que facilita la cercanía de Dios.   
Vs.28-29 Para orar. Y mientras oraba. Lucas es el único evangelista que menciona la oración como finalidad de la ida de Jesús a la montaña.
V.30 Moisés y Elías. Las dos grandes figuras de la Escritura Santa, cuya vuelta a la tierra era una de las expectativas del judaísmo inmediatamente anterior a la era cristiana.
V.31 Hablaban de su muerte. El término empleado en el original no es muerte sino éxodo (salida), término que en el evangelio de Lucas engloba pasión, muerte y resurrección.
V.32 Se caían de sueño; y espabilándose. Más en consonancia con el original: estaban profundamente dormidos. Cuando se despertaron, vieron…
V.33 Maestro. El término utilizado por Pedro es epistáta, el mismo de hace dos domingos, cuando Jesús le pedía echar las redes mar adentro. Tiene  el sentido de maestro, patrón, jefe, no el de maestro, enseñante, docente. Persona con capacidad de liderazgo. ¡Qué hermoso es estar aquí! En realidad, las palabras de Pedro no son una exclamación sino una constatación: Es bueno que nosotros estemos aquí. Pedro debió pensar que Juan, Santiago y él podrían evitar la marcha de Moisés y de Elías, mencionada poco antes por el evangelista. Chozas. Tiendas, cabañas.  Evocan la morada de Israel en el pasado y prefiguran su morada en el futuro mesiánico. En tiempos de Jesús, la fiesta de las tiendas era una de las grandes concentraciones festivas de Israel, con la mirada  puesta siempre en el pasado y, sobre todo,  en el futuro.  No sabía lo que decía, comentario de Lucas a unas palabras que, en un ejemplo de mala interpretación de la situación, pretendían  perpetuar la presencia gloriosa de Jesús, Moisés y Elías.
V.34 La nube. Símbolo de la presencia y de la gloria de Dios. Se asustaron. La misma reacción de estupor y espanto de Pedro y sus socios de pesca hace dos domingos. Miedo a desaparecer por completo ante la cercanía de Dios. Es el miedo que se recoge en la expresión clásica temor de Dios. Impresión profunda, estremecedora, paralizante. De ahí el comentario anterior de Lucas (no sabía lo que decía); de ahí también la contundente indicación final de Lucas en el v.36: Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto. Silencio como reacción ante la magnitud de lo vivido y como recurso para no banalizar lo vivido evitando que ello deviniera  trivial, común, insustancial.
b. Texto
Todo comienza en el silencio de la montaña y estando Jesús orando. Silencio, oración. La transfiguración de Jesús y la presencia visible de Moisés y Elías están envueltos en el silencio y son un acontecimiento de oración. Moisés y Elías hablan con Jesús, hablan de Jesús, de su futuro de cruz y de gloria. Hablan de lo que Jesús hablaba con Dios y de lo que Dios hablaba con Jesús. Así era la oración de Jesús (vs.29-31).
A partir de aquí, el evangelista centra su atención en los tres discípulos. Es difícil hurtarse a la certeza de estar ante una situación imborrable para Pedro, Juan y Santiago. Situación que les cogió inicialmente dormidos, que ellos no provocaron, con la que se toparon, que malinterpretaron y que, en su tramo final, los llenó de miedo.  ¿Por qué este miedo? Porque Dios estaba allí, su nube los había envuelto y desde ella les hablaba a ellos: Este es mi Hijo elegido, escuchadlo. Cercanía misteriosa de Dios, pero cercanía real, audible, que señalaba y designaba al Jesús de carne y hueso que ellos conocían y a quien veían ahora como la tienda divina en medio de ellos. El Jesús de carne y hueso les libraba del miedo a la grandiosidad de Dios, pero desde ahora tenían la certeza del misterio divino encerrado en Jesús, con la única gran diferencia de que la cercanía de Jesús no les resultaba estremecedora ni aplastante.  Por increíble que pudiera parecerles, Jesús era Dios accesible a ellos. A Él debían escuchar, Él era la Palabra de Dios encarnada, Él daba sentido a toda la Escritura Santa, representada en Moisés y Elías.      
4. Meditación:
Indicaciones para nuestra vida
Los grandes momentos de Dios con nosotros están siempre envueltos de un gran silencio. Lo que es verdaderamente grande pasa a menudo desapercibido; el quieto silencio se revela más fecundo que la frenética agitación y el activismo. Estos nos hacen muchas veces incapaces de detenernos, de estar tranquilos,  de escuchar el silencio en que Dios hace oír su voz discreta. El misterio de Dios sucede en el silencio y es en el silencio donde podemos oír la voz de Dios.
Aturdidos por tantos ruidos, tantos estrépitos, tantas voces de nuestra ruidosa e hipersensibilizada vida moderna estamos perdiendo el recogimiento, la interioridad, la aptitud a prestar oídos a las secretas inspiraciones de Dios. Y sin recogimiento e interioridad, ¡qué difícil es hablar con Dios y que Dios nos hable! ¡La voz de Dios es habitualmente discreta! El misterio de Dios sucede en el silencio y es en el silencio donde podemos oír la voz de Dios.
Hay situaciones que entenderemos mejor, si antes hemos orado. Hay cosas que haremos mejor, si antes hemos orado. Hay palabras que no diríamos, si antes hubiéramos orado. ¿No nos sobrarán actuaciones y palabras y nos faltará oración?
Preguntas y cuestiones
El tiempo de Cuaresma es tiempo de conversión, pero también de esperanza. Se nos ha concedido anticipar el final de la “película”. ¿Cómo ando de esperanza en este tiempo de cambio, de conversión hacia Dios?
Nos puede entrar la tentación de cambiar la alegría del Evangelio por la tristeza de la necesaria Pasión. ¿He olvidado que el Evangelio es Buena Noticia?
¿Yo también tengo que espabilarme para darme cuenta de la gloria que se anuncia y que junto a ella están los hombres?
5, Contemplación:
“Transfiguración de Jesús”. En un ambiente de oración, el evangelista Lucas sitúa esta escena tan evocadora acerca de quién es Jesucristo y cuál es su misión. Jesús nos muestra su condición gloriosa. Es como un anticipo de su resurrección y su gloria, que tendrán lugar después de su pasión y muerte en la cruz.
6. Oración:
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?
Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro».
Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.

ENCUENTRO INTERGRUPAL


PRIMER ENCUENTRO INTERGRUPAL 2013


El domingo primero de Cuaresma (11-Febrero-2013) fue otro día bonito para HDB de Pozoblanco.

Diecisiete matrimonios de los grupos 8, 14, 20 y 24, niños incluidos, nos reunimos, junto al consiliario y dos matrimonios de la Comisión Local, en el 5º. Encuentro Intergrupal, que celebramos ya en dos años: una experiencia que sigue revelándose jugosa en comunicación e intercambio de experiencias, en comunión y crecida identidad.
Además de estos objetivos primarios, en esta ocasión quisimos compartir experiencias sobre el contenido de tres artículos del Ideario (2º, 6º y 11º), tanto para ensanchar caminos como para revitalizar la vida de los grupos y ofrecer sugerencias de cara a un posible enriquecimiento del Ideario mismo.
Para ello, tras participar en la eucaristía de 11.30, se constituyeron tres grupos combinados de trabajo, con el empeño de constatar los puntos fuertes compartidos por todos, detectar los puntos débiles con sus causas, y sugerir propuestas de mejora. Una sesión de conjunto posterior sirvió no sólo para hacer síntesis y poner de relieve aspectos diferentes pero complementarios, sino, sobre todo, para resaltar:

*La oportunidad y la calidad del encuentro, agradeciéndonos mutuamente la presencia.
*La profunda satisfacción experimentada por todos en esta iniciativa.
*La alegría de compartir (algunos, por primera vez) con otros matrimonios la pertenencia a HDB.
*La comunicación de robustas experiencias personales vividas en HDB.
*La necesidad de priorizar el sentido y la cohesión del grupo, como plataforma y estímulo para el conocimiento y participación en las actividades del Movimiento HDB, nacido al amparo y como proyección del carisma  de Don Bosco.
*El empeño imperioso de potenciar el compromiso personal como creyente y salesiano.
*El esfuerzo consecuente por participar en todas las actividades de HDB, pocas pero significativas en tantos aspectos.
*La urgencia de fomentar, con propuestas formativas y experienciales, nuestra dimensión de <<Iglesia doméstica>> y nuestra misión de <<pastoral familiar>>.

El consiliario, en comunión con los dos matrimonios de la Comisión Local presentes, justificó y disculpó la ausencia del matrimonio coordinador, Tere y Vicente, e invitó, al final del encuentro, a “sentirnos, más allá de miembros, depositarios del don del carisma salesiano”.
Una bulliciosa aparcería, rematada con sabrosa paella, puso fin a este íntimo y feliz encuentro, que deja  poso y dibuja perspectivas de futuro.

LA FAMILIA, SUJETO DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN


                                                   DIÓCESIS DE CÓRDOBA

Con este título, el Decano de la Sección Española del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, el P. Juan de Dios Larrú, ha impartido hoy la segunda ponencia de la XVI Semana de la Familia.

“Afirmar que la familia es el principal sujeto de la Nueva Evangelización parece una obviedad, sin embargo sería un error darlo por descontado en el mundo en que vivimos”. Con estas palabras ha comenzado el ponente su intervención tras ser presentado por el Delegado diocesano de Familia y Vida, José Gómez. Seguidamente, ha planteado dos cuestiones antes de adentrarse en la conferencia, que ha tenido como título “La familia, sujeto de la Nueva Evangelización”.
Por un lado, el ponente ha manifestado las preguntas: ¿Qué significa que la familia es evangelizada y evangelizadora? y ¿cómo evangeliza la familia en los tiempos que corren?
A continuación, el P. Juan de Dios Larrú ha empezado su conferencia partiendo del término Nueva Evangelización y la relación con la familia, para darle respuesta a las preguntas anteriormente planteadas.
En primer lugar, ha señalado la necesidad que tenemos hoy de una profundización sobre la familia en el contexto social y cultural en que nos encontramos, así como la necesidad de profundizar en el seno de la Iglesia en la teología de la familia. Para ello, se ha basado en las relaciones entre la Trinidad y la familia y entre la Iglesia y la familia.
Por otro lado, el conferenciante ha dedicado su intervención a la cultura de la familia, destacando que actualmente, en la sociedad en la que nos encontramos, existe una necesidad de generar una cultura del amor del matrimonio y la familia. En este sentido, ha comentado tres aspectos relevantes en nuestros días para generar una cultura del amor, como son: la comunicación del amor, la importancia de la familia en la educación y el testimonio. Larrú ha recordado que el amor puede generar una cultura, que la familia es el pilar más importante en la educación y que ésta tiene que construir la sociedad a través del testimonio que ofrece de su vida o de su modo de estar presente en la vida. En palabras del ponente, “la familia cristiana viene de Dios y es una realidad teológica”. Al hilo de esto, ha indicado que “en la familia es donde verdaderamente crecemos como personas porque éstas son testigos del amor de Dios de un modo único y privilegiado”.
Haciendo alusión a la llamada del Papa Benedicto XVI a la Nueva Evangelización, el P. Juan de Dios Larrú ha dicho que “esta llamada consiste en el anuncio de la presencia misericordiosa de Jesucristo enviado del Padre por obra del Espíritu Santo en medio de las familias”.
Finalmente, ha concluido diciendo que “la familia cristiana es la vía de la Iglesia en la Nueva Evangelización, porque es el espacio humano privilegiado para este encuentro personal con Cristo”.

COMUNICACIÓN Y PEDAGOGÍA DE DON BOSCO


Estimados amigos,
 
 Don Bosco sigue siendo noticia en la Universidad de Sevilla. El Colegio Mayor Universitario San Juan Bosco vuelve a ofrecer en este 2º año del trienio de preparación al nacimiento de Don Bosco un curso para universitarios con créditos reconocidos. Nos sumamos así a la iniciativa de proponer actividades que fomenten la reflexión en torno a la Pedagogía y el Sistema preventivo. El Boletín Salesiano ya se hizo eco de esta iniciativa el curso pasado. 
 
 En archivo adjunto la iniciativa que dará a conocer la presencia de la familia salesiana en la ciudad de Sevilla.
 
 Están invitados a participar vuestros universitarios.
 
 Saludos

Leonardo Sánchez Acevedo Director Colegio Mayor 




PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE BARTOLOMÉ CALERO. MIEMBRO DE HDB POZBLANCO

<<Manos a la Escuela: Antes, durante y después>>

Sinopsis de la obra



<<Manos a la Escuela: Antes, durante y después>> es una obra que se hace realidad tras años de experiencia, aprendizaje y observación de la escuela con el objetivo de proveer a educadores y educadoras de herramientas, estrategias y conocimientos pedagógicos necesarios hoy, para ayudar a desempeñar nuestra labor de formar de personas.
 
Durante cada día y cada hora de clase, existe un antes, un durante y un después que afectará tanto el crecimiento personal como al rendimiento académico del alumnado.

Por lo tanto es necesario contemplar dichos espacios temporales y las posibilidades que tenemos para actuar con “nuestras manos” sobre aspectos que sí podemos controlar antes, durante y después de que hijos y alumnos asistan cada día a la escuela.

En  esta guía educativa usted podrá encontrar una serie de conocimientos, estrategias pedagógicas y herramientas educativas, salpicadas de historias y anécdotas que seguro le ayudarán y complementarán su labor educativa.

En nuestras manos no tenemos la solución a todos los problemas de hijos y alumnos, pero ante los problemas de hijos y alumnos tenemos nuestras manos.


Bartolomé Calero Rubio, es Profesor y Formador de Formadores en Cultura de Paz, Convivencia y Resolución de Conflictos e imparte numerosos cursos de Formación al Profesorado por la geografía española. Ello le ha llevado a ser ponente en el Congreso Nacional de Convivencia Escolar y Participación del Entorno Educativo, en el Foro Mundial de la Educación y en el II Congreso Nacional sobre Convivencia y Resolución de Conflictos en Contextos Socioeducativos.

Ha trabajado como profesor del Programa de Garantía Social (ahora PCPI) en el Colegio Salesiano de Pozoblanco y en el IES Antonio María Calero de Pozoblanco donde actualmente continúa su labor educativa y desarrolla junto a profesorado y alumnado de dicho centro estrategias para la Mejora e Impulso de la Convivencia Escolar.
 
Por dichas estrategias pedagógicas, el IES Antonio María Calero ha sido reconocido con el Premio de la Promoción de la Cultura de Paz y la Convivencia Escolar en Andalucía 2010, así como el Premio Derechos Humanos 2011 por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía.





LECTIO DIVINA


Lectio  divina             Fuente: DABAR
Domingo 1º Cuaresma. Ciclo “C”   17 de Febrero 2013
Dt 26, 4-10; Sal 90, 1-2.10-15; Rm 10, 8-13; Lc 4, 1-13
1. Oración inicial:
Cristo, tu actitud tajante frentre al diablo en sus tentaciones es lección para mí, que, como Eva, no lo rechazo tajantemente con la palabra de dios. Como tú, no quiero buscar milagros, ni poder, ni obstentación. Quiero vivir con la grandeza y sencillez de la fe.
2. Lectura comprensiva: LUCAS 4, 1-13
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan». Jesús le contestó: «Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre”». Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo». Jesús le contestó: «Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto”». Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”». Jesús le contestó: «Está mandado: “No tentarás al Señor, tu Dios”». Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.
3. Comentario bíblico:
a. Aclaraciones al texto
 V.1 Lleno del Espíritu Santo. Referencia explícita al descenso del Espíritu de Dios sobre Jesús con ocasión de su bautismo en el río Jordán. El desierto. En su vertiente occidental, la judía, árida y desolada sucesión de montañas y colinas, con el Mar Muerto como frontera. Durante cuarenta días. Número redondo; número bíblico familiar para un judío por su empleo en situaciones protagonizadas por personajes famosos del pasado (Moisés, Elías).
V.2 Tentar. Poner a prueba con intención siniestra. El Diablo. El Espíritu no santo, personaje misterioso y real.
Vs.3 y 9 Si eres Hijo de Dios. Referencia explícita a las palabras venidas  del cielo a raíz del bautismo de Jesús.
V.4 No solo de pan vive el hombre. Cita de Deut.8,3.
Vs. 4,8 y 10 Está escrito. V.12 Está mandado. En pasiva en el original, con Dios como referente implícito.
V.6 A mí me lo han dado. Construcción pasiva en el original, remitiendo implícitamente a Dios como sujeto agente. En esta ocasión, es el diablo quien evita pronunciar el nombre divino en señal aparente y engañosa de respeto a Dios.
V.8 Al Señor tu Dios adorarás y a él solo darás culto. Cita de Deut.6, 13.   
V.9  Alero. No es probablemente la traducción más correcta de un término que, en el texto original, designa genéricamente la parte más alta del templo, el pináculo.
Vs.10-11 Encargará a los ángeles que cuiden de ti. Cita del Sal.91,11. Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras. Cita del Sal.91,12. Ambas citas aducidas esta vez por el Diablo.  
V.12 No tentarás al Señor tu Dios. Cita de Deut. 6,16.
V.13 Hasta otra ocasión. En el sentido de ocasión propicia, momento propicio.



b. Texto
Larga estancia de Jesús en la zona desértica e inhóspita de Judea de resultas de la escena vivida en el cercano río Jordán. El Padre del cielo había regalado su paternidad a Jesús: él era su hijo especial, él tenía toda su complacencia. El espíritu santo de Dios era la fuerza que movía a Jesús.
¿Qué tiene de extraño que, estando así las cosas, el espíritu no santo del Diablo se revolviera  contra Jesús y se enfrentara a él? El texto de hoy es la historia cruda y concisa de este revolverse, de este enfrentarse del Diablo con Jesús.
Tú puedes convertir en pan la piedra que tienes delante, porque eres Hijo especial de Dios. (v.3). Tú puedes tener todo el poder y la gloria del mundo, porque Dios me los ha dado a mí y yo quiero dártelos a ti (v.6). Tú no corres ningún riesgo de muerte, porque eres Hijo especial de Dios (vs.9-11). Todo ello dicho sin una mala palabra ni un mal gesto por parte del Diablo. Al contrario: todo parece realista, razonado, razonable, verdadero. El Diablo cita incluso la Escritura Santa y hasta evita pronunciar el nombre divino en señal de respeto a Dios.
Para Jesús, en cambio, todo ello era apariencia, engaño y mentira. Y así se lo dijo directamente al diablo ¿En qué se basaba Jesús? ¿Dónde lo había aprendido?   No solo de pan vive el hombre (v.4). Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo darás culto (v.8). No tentarás al Señor tu Dios (v.12). Se basaba en la Escritura Santa, lo había aprendido en ella. Se lo había enseñado Dios, el alimento  por encima de todo otro alimento (v.4), el único a quien hay que adorar (v.8) y a quien no hay que probar como se prueba una mercancía (v.12). Esto es lo que Jesús le dijo al Diablo, directamente a él,  quien, sin embargo, no se dio por vencido en espera de otras ocasiones propicias.
4. Meditación:
Indicaciones para nuestra vida
¿Qué nos pide hoy Jesús? Vencer al Diablo como él lo venció. ¿Cómo? Dejando entrar a Dios en nosotros, en nuestra vida.  Contando con Dios para poner orden en nosotros y en nuestro ambiente. No cortando la corriente vital de comunión y de comunicación con Dios. Deponiendo la arrogancia de ponernos por encima de Dios, de convertirnos a nosotros mismos en Dios.
Preguntas y cuestiones
Jesús es tentado, pero en todo momento mantiene en su boca la Palabra de Dios, no deja de confiar en su Padre.
¿Dónde depositamos nuestra confianza?
¿Escuchamos, leemos y recordamos la Palabra para poder aplicarla en nuestras vidas?
¿Creemos que esta Palabra es la Revelación de Dios que debe guiar y orientar nuestras vidas?
¿Es la Palabra la que guía nuestros pasos hacia la Pascua?
5, Contemplación:
El Evangelio de hoy nos ofrece una pista para este recorrido cuaresmal hacia nuestra renovación pascual: es hacer en nosotros un “desierto”; es decir, una introspección de conocimiento de nosotros mismos. Tomar conciencia de quiénes somos; saber los criterios con los que nos comportamos y ver aquello de lo que tendremos que despojarnos y aquello que deberemos transformar en nuestras vidas para  volvernos de cara a Dios.
6. Oración:
Señor, Dios nuestro: Ahora que tu pueblo empieza el camino cuaresmal, ven en su auxilio, para que las tentaciones que le ponen en este mundo las fuerzas del Maligno, se vean superadas con la fuerza de tu gracia y tu Palabra.

LA CUARESMA DE “LAS GANGAS” EN FAMILIA



LA CUARESMA  DE “LAS GANGAS”   EN FAMILIA

La  Sociedad  civil, política y eclesiástica del  mundo  entero, se despertaron sorprendidas  el   11 de  febrero  ante   el  anuncio de  la  “Renuncia “   echa  por  Benedicto XVI, como Obispo  Roma  y de toda la cristiandad.
Se  ha hablado  y mucho de    que  la “dimisión”, ha  sido “un toque de atención”  para  la clase  política, tan necesitada de credibilidad y de regeneracion personal     o de partidos.
El mismo miércoles de ceniza Benedicto  XVI, ha  hablado  de  que  su renuncia  “ es por   el bien  de la Iglesia”  en unos  momentos  dificiles de su historia.
Bien es verdad   que estoy escribiendo para unos grupos  de hogares Don Bosco , que se preparan para  iniciar la  cuaresma del 2013. Podriamos  hablar  del  año de la fe , querido y promocionado por  el mismo  Papa   Benedicto, con temas importantes para reflexonar . Si quisiéramos podríamos  escribir  sobre una pagina de la historia de la Iglesia , para esclarecer   el acontecimiento   que nos preocupa  ahora  a toda la sociedad .
Sin embargo  quiero comentar   algo relacionado  con la familia -  yo  lo llamo ganga-  y  que es fácil de  vivir, practicar y testimoniar  y    que  seguro  dara  consistencia y  solidad   a la familia   en la presente cuaresma.  Son   acciones tan  sencillas ,  que ningún miembro de la familia, podrá   argumentar en verdad,  que son imposibles de practicar, solamente  se pide  una “ pizca  de buena  voluntad”  y a los resultados  me remito. He  aquí   algunas  gangas  para esta cuaresma
· Dialogar, conversar  y expresarse  sinceramente, es la base de una familia unida.
· La  palabra “ perdón  de  corazón ” tiene   que  llegar  a ser   “normal ” , en las relaciones de pareja y  entre padres  e hijos.
·  Hablar  bien  es “ mas gratificante”  que la  hiel que  uno  vierte en una conversación , cuando  habla del prójimo.
· Rezar  en familia, es  “aceptar   que  Dios    forma  parte de tu hogar.
· Los caprichos  de padres  e hijos llegan a desunir  a enfrentar   a los miembros de una  familia.
· La  limosna  hay  que “compartirla  de corazón”, no porque te sobre  el dinero.
· El escuchar a los hijos es más rentable  que  una hucha.
· Tu  piso  puede tener “calefacción  y  comodidades “pero  tus hijos  se pueden morir  de frio,
· Una  palabra de ilusión, ánimo y esperanza, eleva  la autoestima  de los miembros de tu familia.
· Si renuncias  en tu casa a hablar de Dios, los  cimientos de tu familia pueden fallar.
· Apagar la televisión  en tiempo de cuaresma , ayuda  a escuchar a los demás
· Las cosas no se mandan “porque  si”, salen de un dialogo  fraterno.
· Los sacramentos  se reciben no por tradición o imposición, sino  porque  uno está convencido.
· Es más fácil “ayunar a pan y agua  en esta cuaresma, que  vivir  en familia estas  gangas.
Con la  alegría de  que  todas las familias de hogares Don Bosco  intenten vivir  lo  que hemos escrito, me doy por satisfecho
Vuestro  amigo
Antonio  Rides   

COMENZAMOS LA CUARESMA.






MENSAJE DEL RECTOR MAYOR DE LOS SALESIANOS. SOBRE LA RENUNCIA AL MINISTERIO DEL OBISPO DE ROMA, BENEDICTO XVI

11/2/2013 - RMG - El Rector Mayor de la Familia Salesiana: Benedicto XVI hombre humilde y libre

Foto del artículo -RMG – EL RECTOR MAYOR DE LA FAMILIA SALESIANA: BENEDICTO XVI HOMBRE HUMILDE Y LIBRE
(ANS - Roma) – Apenas recibida la noticia de que el Papa Benedicto XVI ha anunciado su renuncia al ministerio del Obispo de Roma y Sucesor de San Pedro, el Rector Mayor de los Salesianos ha querido enviar un mensaje a toda la Familia Salesiana.
Queridos Hermanos, Hermanas, miembros todos de la Familia Salesiana, Amigos de Don Bosco:
Os saludo con el corazón de Don Bosco, desde México, a donde vine para la celebración del Jubileo de Oro de la Inspectoría de Guadalajara, mi Inspectoría de origen.
Aunque profundamente sorprendidos por la noticia apenas recibida, la decisión del Santo Padre Benedicto XVI, de presentar su renuncia a seguir guiando la "barca de Pedro" y confirmar a sus hermanos en la fe a través de la proclamación del Evangelio, el testimonio de la vida, el sufrimiento y la oración, quedamos edificados por este gesto ejemplar y profético.
Al presentar su renuncia, motivada por razones de edad y fatiga, resultado de su solicitud por ayudar a la Iglesia en una época de profundos y rapidísimos cambios sociales, que tienen que ver con la fe y la vida cristiana y requieren una gran energía física y espiritual, el Santo Padre confiesa que se puso en actitud de discernimiento ante Dios
Su decisión es, pues, el resultado de la oración, y por lo tanto ¡es un signo ejemplar de obediencia a Dios! Tal actitud no puede sino despertar nuestra mayor admiración y estima.
Se trata, una vez más, de un rasgo espiritual típicamente suyo: la humildad, que le hace libre ante Dios y ante los hombres, y pone de manifiesto su sentido de responsabilidad.
Al tiempo que expresamos al Santo Padre, como habría hecho Don Bosco, nuestro agradecimiento por la generosidad con que ha servido a la Iglesia y ha hecho sentir su paternidad con respecto a nuestra familia, lo acompañamos en esta etapa de su vida con nuestro gran afecto y oración.
Desde ahora oramos por la Iglesia, invocando al Espíritu Santo, para que sea Él quien la guíe en  este momento de la conclusión de un pontificado y de la convocatoria y celebración del Cónclave.
Confiamos a María Inmaculada Auxiliadora de los Cristianos, en esta memoria de Nuestra Señora de Lourdes, al Santo Padre y a toda la Iglesia. Ella seguirá manifestándose, como siempre a lo largo de la historia, madre y maestra.
En comunión de corazones y oraciones.
Don Pascual Chávez V., SDB
Rector Mayor
Publicado el 11/02/2013

COMUNICADO DEL PAPA SOBRE LA RENUNCIA AL PONTIFICADO


Queridísimos hermanos,
Os he convocado a este Consistorio no sólo por las tres canonizaciones, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado repetidamente mi conciencia ante Dios, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, por mi edad avanzada, no son las más aptas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Soy consciente de que este ministerio, por su esencia espiritual, tiene que ser cumplido no sólo con las obras y las palabras, sino también sufriendo y orando. Por otro lado, en el mundo de hoy, sujeto a rápidos cambios y agitado por cuestiones de gran relevancia para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el evangelio es necesario también que el vigor, sea del cuerpo, sea del alma, vigor que en los últimos meses ha disminuido en mí de tal modo como para reconocer mi incapacidad de administrar bien el ministerio que se me ha confiado.
Por esto, bien consciente de la gravedad de este acto, con plena libertad, declaro mi renuncia al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro, a mí confiado por mano de los cardenales el 19 de abril de 2005, en modo que desde el 28 de febrero de 2013 a las 20 horas, la sede de Roma, la Sede de San Pedro, estará vacante y será convocado por aquellos a quienes compete el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os agradezco de verdadero corazón por todo el amor y todo el trabajo con el que habéis llevado conmigo el peso del ministerio y pido perdón por todos mis defectos. Ahora confiamos la Santa Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, nuestro Señor Jesucristo, e imploramos a su Santa Madre María para que asista con su bondad materna a los padres cardenales en la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Por lo que me respecta, también en el futuro, querré servir de todo corazón con una vida dedicada a la oración a la Santa Iglesia de Dios.
Vaticano, 10 de febrero 2013.


BENEDICTUS PP. XVI

EJERCICIOS ESPIRÍTUALES


CHARLAS CUARESMALES


LECTIO DIVINA


     Lectio  divina             Fuente: DABAR
Domingo 5º T.O. Ciclo “C”   10 de Febrero de 2013
Is 6, 1-2ª;3-8; Sal 137, 1-8; 1 Co 15, 1-11; Lc 5, 1-11
1.      Oración inicial:
Señor, como Pedro, yo también soy un pecador, indigno de tenerte como amigo. Como él, quiero dejar todo lo que me impide seguirte: en tu nombre, volveré a echar las redes, seguro de que contigo habrá pesca milagrosa de buenas obras. Es cuestión de fe.    
2. Lectura comprensiva: LUCAS 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar». Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes». Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: «Apártate de mí, Señor, que, soy un pecador». Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
3. Comentario bíblico:
a. Aclaraciones al texto
 V.5. Maestro. Primera interpelación de Pedro a Jesús, antes de hacerse a la mar. El término griego utilizado por Pedro (epistáta) denota estatus, posición en la sociedad; aquí en concreto, persona con gran capacidad de liderazgo, a la que la gente sigue, reconociéndola como jefe u orientadora. Otras posibles traducciones: patrón, jefe. En labios de Pedro, la interpelación maestro tiene el sentido del inglés master, no el de teacher.
V.7 Socios. Miembros de una asociación o cooperativa de pesca. V.10 Compañeros. Asociados. Término sinónimo  del v.7
V.8. Se arrojó a los pies de Jesús. Expresión equivalente: hincarse de rodillas ante Jesús. Gesto de reconocimiento y de adoración. Gesto reservado a Dios en la Escritura Santa. Apártate de mí. No significa “sal de mi barca”, sino  “no te juntes conmigo”. Señor. Segunda interpelación de Pedro a Jesús, después de la redada de peces. El término griego utilizado por Pedro (kyrios) es la denominación de Dios utilizada en la Escritura Santa para reemplazar el nombre de Dios revelado en la zarza ardiente y que no se podía pronunciar.
V.9. Asombro. Estupor, pasmo, resultado de lo repentino, lo imprevisto y lo excepcional del hecho, con reacción entremezclada de sorpresa y de miedo. Espanto sería otra posible traducción.

b. Texto
Historia de la pesca milagrosa, que termina con la elección de Simón Pedro y de sus compañeros para que sean discípulos. Los experimentados pescadores habían pasado toda la noche sin conseguir nada, y entonces Jesús les dice que salgan de nuevo, a plena luz del día, y echen las redes al agua. Para los conocimientos prácticos de estos hombres resultaba una sugerencia poco sensata, pero Simón responde: Maestro,… por tu palabra, echaré las redes. Luego viene la pesca abundantísima, que sobrecoge a Pedro profundamente. Cae a los pies del Señor en actitud de adoración y dice: Apártate de mí, Señor, que soy un pecador. Simón Pedro reconoce en lo ocurrido el poder de Dios, que actúa a través de la palabra de Jesús, y este encuentro directo con el Dios vivo en Jesús le impresiona profundamente y sólo puede estremecerse por lo que él es y rogar ser liberado de la grandeza de esta  presencia. La cercanía de Jesús le resultaba  aplastante  a Simón, que  se estaba viendo a sí mismo en toda su miseria ética y finitud ontológica.
La percepción repentina de Dios en Jesús la expresa Simón Pedro dirigiéndose a Jesús como Señor (Kyrios). Si antes de hacerse a la mar, Jesús era para Pedro patrón, jefe (epistáta), ahora es Señor (Kyrios), término reservado en la Escritura Santa a Dios. Y Jesús despliega ante Simón Pedro cómo actúa el Señor: No tengas miedo. Desde ahora serás pescador de hombres. El Señor liberaba a Pedro del miedo a la grandeza de la presencia de Dios y le abría a horizontes personales nuevos. Una experiencia realmente imborrable para Simón Pedro y sus socios de la cooperativa de pesca. Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

4. Meditación:
Indicaciones para nuestra vida
Los tres textos de la liturgia de hoy son textos  impresionantes para explicar lo que ocurre cuando el hombre se siente repentinamente ante la presencia directa de Dios. Ni Isaías, ni Pablo, ni Simón Pedro buscaron esa presencia sino que les sobrevino, la experimentaron, fue  real e imborrable en sus vidas. A la luz y bajo el poder imponente de esa presencia, reconocieron la miserable condición de sus vidas y su incapacidad para soportarla por ser demasiado imponente para ellos. Pero esa presencia imponente no solo no los destruyó sino que los dignificó, los engrandeció, los potenció. Fueron personas impresionantemente nuevas.
Un evangelista crítico y cuidadoso como Lucas no inventa  la historia de Simón Pedro y de sus socios de cooperativa pesquera ni la transmite con el solo fin de instruir. Lucas la ha puesto muy conscientemente como guía para la vida de sus lectores.
Jesús es la Palabra de Dios. Palabra a veces desconcertante, incluso, en ocasiones, absurda desde parámetros humanos. Pero Palabra que merece total y absoluta confianza y que desplegará todas sus potencialidades en la medida que la hagamos consciente y amorosamente nuestra. Nos fiamos de verdad de Jesús. ¡Hagámoslo!    
Preguntas y cuestiones
¿Qué conciencia de pecado tengo?
Se aproxima la Cuaresma y es tiempo de preparación para la Pascua, de conversión de preparar nuestros corazones para la nueva venida de Jesús.
El pecado es el deterioro de la relación con Dios, y sólo quienes mantienen una relación se dan cuenta de cuándo se deteriora. Mi conciencia de pecado es el termómetro de mi relación con Dios. Ahora… vuelve a leer la primera pregunta. 
5, Contemplación:
La llamada de Jesús cambia  por completo el corazón de aquellos pescadores. ¿Y a mí? Me cambia la Palabra del Señor, o quizás no la conozca lo suficiente?
6. Oración:
Oh Dios que transformas nuestras vidas, cuando te dejamos; como transformaste las de unos pobres pescadores en Galilea. Acepta estos dones que te presentamos y transfórmalos para nos ayuden a confiar en ti y, así, podamos colaborar en tu obra.

EJERCICIOS ESPIRITUALES 2013



MENSAJE DE BENEDICTO XVI PARA LA CUARESMA 2013


MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA CUARESMA 2013

Creer en la caridad suscita caridad
«Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 
4,16)

Queridos hermanos y hermanas:
La celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás.
1. La fe como respuesta al amor de Dios
En mi primera Encíclica expuse ya algunos elementos para comprender el estrecho vínculo entre estas dos virtudes teologales, la fe y la caridad. Partiendo de la afirmación fundamental del apóstol Juan: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16), recordaba que «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva... Y puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un “mandamiento”, sino la respuesta al don del amor, con el cual Dios viene a nuestro encuentro» (Deus caritas est, 1). La fe constituye la adhesión personal ―que incluye todas nuestras facultades― a la revelación del amor gratuito y «apasionado» que Dios tiene por nosotros y que se manifiesta plenamente en Jesucristo. El encuentro con Dios Amor no sólo comprende el corazón, sino también el entendimiento: «El reconocimiento del Dios vivo es una vía hacia el amor, y el sí de nuestra voluntad a la suya abarca entendimiento, voluntad y sentimiento en el acto único del amor. Sin embargo, éste es un proceso que siempre está en camino: el amor nunca se da por “concluido” y completado» (ibídem, 17). De aquí deriva para todos los cristianos y, en particular, para los «agentes de la caridad», la necesidad de la fe, del «encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro, de modo que, para ellos, el amor al prójimo ya no sea un mandamiento por así decir impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad» (ib., 31a). El cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor ―«caritas Christi urget nos» (2 Co 5,14)―, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo (cf. ib., 33). Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios.
«La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad que Dios es amor... La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor es una luz ―en el fondo la única― que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar» (ib., 39). Todo esto nos lleva a comprender que la principal actitud característica de los cristianos es precisamente «el amor fundado en la fe y plasmado por ella» (ib., 7).
2. La caridad como vida en la fe
Toda la vida cristiana consiste en responder al amor de Dios. La primera respuesta es precisamente la fe, acoger llenos de estupor y gratitud una inaudita iniciativa divina que nos precede y nos reclama. Y el «sí» de la fe marca el comienzo de una luminosa historia de amistad con el Señor, que llena toda nuestra existencia y le da pleno sentido. Sin embargo, Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (cf. Ga 2,20).
Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente «a actuar por la caridad» (Ga 5,6) y él mora en nosotros (cf. 1 Jn 4,12).
La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1 Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30).
3. El lazo indisoluble entre fe y caridad
A la luz de cuanto hemos dicho, resulta claro que nunca podemos separar, o incluso oponer, fe y caridad. Estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas por lo que es equivocado ver en ellas un contraste o una «dialéctica». Por un lado, en efecto, representa una limitación la actitud de quien hace fuerte hincapié en la prioridad y el carácter decisivo de la fe, subestimando y casi despreciando las obras concretas de caridad y reduciéndolas a un humanitarismo genérico. Por otro, sin embargo, también es limitado sostener una supremacía exagerada de la caridad y de su laboriosidad, pensando que las obras puedan sustituir a la fe. Para una vida espiritual sana es necesario rehuir tanto el fideísmo como el activismo moralista.
La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios. En la Sagrada Escritura vemos que el celo de los apóstoles en el anuncio del Evangelio que suscita la fe está estrechamente vinculado a la solicitud caritativa respecto al servicio de los pobres (cf. Hch 6,1-4). En la Iglesia, contemplación y acción, simbolizadas de alguna manera por las figuras evangélicas de las hermanas Marta y María, deben coexistir e integrarse (cf. Lc 10,38-42). La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe (cf. Audiencia general 25 abril 2012). A veces, de hecho, se tiene la tendencia a reducir el término «caridad» a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana. Como escribe el siervo de Dios el Papa Pablo VI en la Encíclica Populorum progressio, es el anuncio de Cristo el primer y principal factor de desarrollo (cf. n. 16). La verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre (cf. Caritas in veritate, 8).
En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto ―indispensable― con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás.
A propósito de la relación entre fe y obras de caridad, unas palabras de la Carta de san Pablo a los Efesios resumen quizá muy bien su correlación: «Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos» (2,8-10). Aquí se percibe que toda la iniciativa salvífica viene de Dios, de su gracia, de su perdón acogido en la fe; pero esta iniciativa, lejos de limitar nuestra libertad y nuestra responsabilidad, más bien hace que sean auténticas y las orienta hacia las obras de la caridad. Éstas no son principalmente fruto del esfuerzo humano, del cual gloriarse, sino que nacen de la fe, brotan de la gracia que Dios concede abundantemente. Una fe sin obras es como un árbol sin frutos: estas dos virtudes se necesitan recíprocamente. La cuaresma, con las tradicionales indicaciones para la vida cristiana, nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo, también a través de las indicaciones concretas del ayuno, de la penitencia y de la limosna.
4. Prioridad de la fe, primado de la caridad
Como todo don de Dios, fe y caridad se atribuyen a la acción del único Espíritu Santo (cf. 1 Co13), ese Espíritu que grita en nosotros «¡Abbá, Padre!» (Ga 4,6), y que nos hace decir: «¡Jesús es el Señor!» (1 Co 12,3) y «¡Maranatha!» (1 Co 16,22; Ap 22,20).
La fe, don y respuesta, nos da a conocer la verdad de Cristo como Amor encarnado y crucificado, adhesión plena y perfecta a la voluntad del Padre e infinita misericordia divina para con el prójimo; la fe graba en el corazón y la mente la firme convicción de que precisamente este Amor es la única realidad que vence el mal y la muerte. La fe nos invita a mirar hacia el futuro con la virtud de la esperanza, esperando confiadamente que la victoria del amor de Cristo alcance su plenitud. Por su parte, la caridad nos hace entrar en el amor de Dios que se manifiesta en Cristo, nos hace adherir de modo personal y existencial a la entrega total y sin reservas de Jesús al Padre y a sus hermanos. Infundiendo en nosotros la caridad, el Espíritu Santo nos hace partícipes de la abnegación propia de Jesús: filial para con Dios y fraterna para con todo hombre (cf. Rm 5,5).
La relación entre estas dos virtudes es análoga a la que existe entre dos sacramentos fundamentales de la Iglesia: el bautismo y la Eucaristía. El bautismo (sacramentum fidei) precede a la Eucaristía (sacramentum caritatis), pero está orientado a ella, que constituye la plenitud del camino cristiano. Análogamente, la fe precede a la
caridad, pero se revela genuina sólo si culmina en ella. Todo parte de la humilde aceptación de la fe («saber que Dios nos ama»), pero debe llegar a la verdad de la caridad («saber amar a Dios y al prójimo»), que permanece para siempre, como cumplimiento de todas las virtudes (cf. 1 Co13,13).
Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo de cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, os deseo a todos que viváis este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana que encontramos en nuestra vida. Por esto, elevo mi oración a Dios, a la vez que invoco sobre cada uno y cada comunidad la Bendición del Señor.
Vaticano, 15 de octubre de 2012

BENEDICTUS PP. XVI

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