Lectio divina Fuente: DABAR
Domingo_XIº TO Ciclo “C” 23 de Junio de 2013
Zac 12, 10-11. 13; Sal 62, 2-9; Gal 3, 26-29; Mt 9,
18-24
1. Oración
inicial:
Dios Padre de
Misericordia, que diriges con sabiduría la historia y por medio de los profetas
nos prometes a tu Ungido. Haz que tengamos siempre el corazón esperanzado, con
la certeza de que todo lo podemos en ti. Te lo pedimos Señor.
2. Lectura comprensiva: Lucas 9,18‑24
Una
vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
«¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos contestaron: «Unos que Juan el
Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los
antiguos profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios». Él les prohibió
terminantemente decírselo a nadie. Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que
padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser
ejecutado y resucitar al tercer día». Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se
niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que
quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la
salvará».
3. Comentario bíblico:
a. Aclaraciones al Texto
V.18 Orando solo. El original griego usa
una expresión adverbial que muy bien podría traducirse orando en un lugar
solitario.
V.20 Y vosotros (realzado con énfasis)
¿quién decís que…? El Mesías de Dios. El ungido y enviado por Dios.
V.21 Prohibió terminantemente. Sobre el Mesías circulaban entre la gente
pareceres totalmente erróneos.
V.22 Hijo del Hombre. Denominación usada solo y siempre por Jesús para
referirse a sí mismo. Denominación que sugería, a la vez que velaba, el
mesianismo. Tiene que. Necesidad
lógica, más que necesidad natural u obligación moral. Necesidad que tiene su
origen en una decisión divina. Ser
desechado. El verbo griego empleado tenía un fuerte componente
político-jurídico: ser declarado legalmente inhábil por una tacha o delito. Ancianos,
sumos sacerdotes y letrados. Estamentos que conformaban el Sanedrín
o Gran Consejo Judío (Consejo de Gobierno y Corte Suprema de Justicia).
V.23 El que quiera
seguirme. Seguir a alguien: grafismo con el significado de ser discípulo de
alguien. Negarse a sí mismo. Abnegación.
Cargar con la cruz. Los judíos no veían en la cruz una carga sino el
instrumento de ejecución de una condena. La imagen era especialmente viva entre
los galileos: según testimonio del historiador judío Flavio Josefo, cientos de
seguidores de mesías provenientes de Galilea habían sido crucificados.
b. Texto
¿Qué dice en sí mismo?
Jesús era un fenómeno de
masas en Galilea. Las opiniones acerca de Él corrían de boca en boca. Jesús
necesitaba orar, hablar de sí con Dios; necesitaba hablar de sí con los
discípulos más comprometidos con Él; necesitaba hablar de sí con todos los que
acudían a Él.
En la oración descubrió
Jesús la lógica divina; la descubrió y la hizo suya. El Hijo del Hombre tiene que. Desde esta lógica habló Jesús a los
discípulos y a la gente. Habló en términos insospechables y desconcertantes
para unos y otros; pero, por ello mismo, inolvidables por unos y otros. Desde
su concisión y novedad, el texto es de una fiabilidad histórica total.
A los discípulos les
dijo Jesús que el Mesías de Dios no era como ellos lo pensaban. El Mesías de
Dios sería condenado a muerte por la autoridad establecida y resucitaría.
¡Condena a muerte por la autoridad! ¡Resurrección! El vocabulario en que Jesús
se expresaba, los conceptos desde los que se expresaba, los procedimientos a
los que se refería, todo era insospechado para ellos, todo insospechable por
ellos. El impacto en los discípulos tuvo que ser de sorpresa total.
¿Y qué decir del impacto
en la gente que acudía en masa a Jesús? A la gente Jesús le habló de abnegación
y de cruz. Hablar de cruz a aquella gente era hablarles de pérdida real de
la vida, pero en labios de Jesús era
también hablarles de recuperación real de la vida. Es decir, Jesús señala a la
gente el mismo camino que Él se ha señalado para sí mismo: muerte y resurrección.
Jesús les habló con franqueza y realismo. Para venirse con Él requerían
abnegación y conciencia del riesgo mortal y diario que corrían. Pero con la
misma franqueza y realismo les dijo que perder la vida por Él no terminaría en
la muerte. El impacto en la gente tuvo que ser, como en los discípulos, de
sorpresa total.
4. Meditación:
a. Indicaciones para nuestra vida
¿Qué dice para mí?
Aprendizaje de la lógica
divina. ¿Cómo? Orando, hablando con Dios. A imitación de Jesús. La lógica divina lleva a cambios profundos en
conceptos y en valores.
Abnegación. Negación de
uno mismo. Sacrificio de la propia voluntad, de los propios afectos, de los
propios intereses por seguir a Jesús. Negación de uno mismo para ganarse uno
mismo. Lo demás es existencia sin pena ni gloria, sin consistencia: una pena de
existencia.
Cruz. Conciencia del
riesgo mortal diario que se corre por seguir a Jesús.
¿Genera hoy Jesús el
asombro y sorpresa generados en sus contemporáneos? ¿Los genera en cada uno de nosotros? ¿Nace
Jesús nuevo en mí cada día? ¿Sé que si pierdo mi vida por Él, la gano?
b. Preguntas y cuestiones
1) Si hiciéramos una encuesta
sobre Jesús a nuestros familiares cercanos y vecinos, qué dirían de él: ¿un
hombre bueno perseguido? ¿un hombre justo que acabó mal? ¿un revolucionario?
2) ¿Si preguntáramos para qué
sirve la fe en Jesús hoy, qué dirían? ¿Para ponerlo como modelo de vida? ¿Para
liberarnos de nuestras contradicciones? ¿Para salvarnos del pecado y de la
muerte?
3) El título de «Mesías» es un
título político y religioso a la vez. En la época de Jesús esperaban que Dios
enviara a un libertador. ¿De qué necesitamos ser liberados?
4) El título de Mesías es
fundamentalmente positivo, ilusionante, esperanzador ¿En quién ponemos nuestra
confianza? ¿Qué esperamos para el futuro?
5) ¿Crees que la figura de
Jesús, su mensaje, su misión, siguen siendo necesarias para el hombre y mujer
de hoy? ¿Por qué y para qué?
6) ¿Cómo presentarías hoy la
figura de Jesús, a quien confesamos como Señor y Mesías de Dios, a la gente de
nuestra sociedad?
5, Contemplación:
¿Quién soy yo para ti? Quiere saber qué piensa tú de Él. Si al contestar piensas, como Pedro,
me sé la respuesta, témplate, espera un poco más, escudriña tu corazón a ver si
hay en él algo guardado que te hable del verdadero Jesús, si notas que tienes
la teoría en la punta de la lengua, vuelve al silencio, vuélvete a sentir al
lado de Jesús, ante esta pregunta no valen las respuestas aprendidas, no vale
contestar de oídas, ni poner en nuestra boca palabras de la Iglesia , seamos honestos
con nosotros mismos y con Dios. ¿Quién es Jesús para ti? ¿Qué pinta en tu
vida?
6.
Oración:
Dios Padre nos has
enviado a Jesús, tu Ungido, tu Mesías, tu Consagrado. Nosotros lo confesamos
con los labios y con el corazón.
Por eso te damos
gracias, te bendecimos, te glorificamos, y unidos a toda la Iglesia cantamos…
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