1. 2 Mac 7, 1-2.9-14; Sal 16, 1.5-6.8.15; 2 Tes 2, 16- 3,
5: Lc 20, 27-38
1. Lectura
comprensiva: Lucas 20,27‑38
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos
saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos
dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos,
cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete
hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se
casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la
mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque
los siete han estado casados con ella». Jesús les contestó: «En esta vida,
hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura
y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden
morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la
resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el
episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac,
Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos
están vivos».
2. Comentario bíblico:
a.
Aclaraciones al Texto
1. Aclaraciones al texto
V.27 Saduceos: término derivado de Sadoc, sacerdote ligado a la historia de David y
de Salomón. Poco numerosos, pero con mucho poder, los saduceos pertenecían a la
clase sacerdotal y a la nobleza laica. Se atenían a la letra de la Escritura Santa y
a la autoridad de Moisés; no aceptaban la tradición oral de los fariseos como
fuente de interpretación de la Escritura.
V.29
Moisés nos dejó escrito. La cita
aducida por los saduceos es la ley del levirato de Deuteronomio 25,5. Levirato
deriva del latín levir, que significa cuñado.
V.36 Son
como ángeles. Dotados de
inmortalidad por el poder de Dios.
V.37 También Moisés lo indica. La cita aducida por
Jesús remite a los saduceos al episodio de la zarza en
Éxodo 3,6. Es decir, Jesús argumenta en el único plano que los saduceos
aceptaban, el de la letra de la Escritura Santa y el de la autoridad de Moisés.
b.
Texto
Texto recogido por los tres evangelistas
denominados sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). La práctica coincidencia de los
tres evangelistas en la transmisión del texto confiere al mismo un carácter de
autenticidad, incluso en la materialidad de las palabras transmitidas. Nos
hallamos ante uno de esos textos en los que resuenan las palabras mismas que
Jesús pronunció, tal y como ellas salieron de sus labios.
Debate entre los saduceos y Jesús sobre la
resurrección de los muertos. En opinión saducea, la resurrección daría lugar a
situaciones grotescas, de donde concluyen lo absurdo de la misma. Supuesto
saduceo: la resurrección como prolongación o repetición de las formas de vida
presente.
Jesús empieza corrigiendo el falso supuesto
saduceo: resucitar es pasar a una categoría de vida en la que ya no hay muerte.
Acabada la muerte, no se engendran hijos. La condición humana en esta vida no
es equiparable a la condición humana en la vida futura.
A continuación, Jesús argumenta desde la Escritura Santa y desde la autoridad de Moisés,
es decir, desde el único plano que los saduceos aceptaban. Si Moisés puede
hablar de Dios como Señor de sus antepasados, es porque éstos siguen vivos. El
señorío no se ejerce sobre muertos sino sobre vivos. El Señor no puede autodefinirse como Dios de
muertos.
4. Meditación:
a. Indicaciones para nuestra vida
Profesión de Jesús en la vida después de la
muerte. Profesión basada en la realidad de Dios y razonada a partir de esa
realidad.
Hay otra vida después de la muerte, precisamente
porque hay Dios. La total certeza de Jesús tiene su fundamento en Dios. Por
ello mismo, esta certeza sólo será aceptable por una razón que piense y
raciocine desde el dato de Dios. Una razón, en definitiva, con corazón, el cual
siempre tiene razones que la razón no conoce. La razón sin corazón es limitada
e imperfecta, hasta el punto de conferir categoría de absoluto a lo que sólo es
relativo y coyuntural.
Creemos en la resurrección de los muertos y en la
vida eterna porque creemos en Jesús y creemos en Dios.
Resulta fácil ridiculizar la doctrina de la
resurrección de los muertos. Los saduceos incluso se divirtieron a costa de Jesús.
El escepticismo saduceo es una constante humana
generalizada. ¡A vivir, que son dos días! Expresión tan arraigada, como
desafortunada y falsa.
Desde el momento que la futura condición humana
tiene su base y fundamento en la realidad de un Dios que no es verificable ni
demostrable empíricamente, tampoco lo es la realidad de nuestra futura
condición. Por eso, alguien con vista miope de pragmatismo empírico puede
perfectamente burlarse de ella y negarla. ¡Pero la vista miope no es la vista perfecta!
b. Preguntas y cuestiones
Cuando me toca
vivir el duelo por una persona muy querida ¿qué
influencia tiene mi fe en la vida eterna?
¿Es una fe
teórica o una fe integrada en mis entrañas y en mi día a día?
Me comunico
desde la fe con naturalidad con los bienaventurados en el cielo?
¿Qué me falta
para vivir día a día la resurrección del Señor y la de los nuestros?
¿Ante mi
segura muerte, tomo una actitud desde la fe en mi resurrección?
5, Contemplación:
Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios
mismo nos resucitará para la vida.
6.
Oración:
Dios omnipotente y misericordioso, aparta de
nosotros todos los males, para que, bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro
espíritu , podamos libremente cumplir tu voluntad.
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