Lectio divina. Año Litúrgico 2013-14. Ciclo A. 17 de Diciembre de 2013

Is 5, 1-6.10; Sant 5, 7-10; Mt 11, 2-11,
V/ Dios mío, ven en mi auxilio.
R/ Señor date prisa en socorrerme.
V/ Gloria al Padre…
R/ Como era en un principio…
Oración: Está viendo Señor, cómo tu pueblo espera la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante.
SALMO RESPONSORIAL Sal 145
Ven, Señor, a salvarnos.
El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos.
Ven, Señor, a salvarnos.
El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos.
Ven, Señor, a salvarnos.
Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.
Ven, Señor, a salvarnos.
Salmo 145
1. ¡Aleluya! ¡Alaba a Yahveh, alma mía!
2. A Yahveh, mientras viva, he de alabar, mientras exista salmodiaré para mi Dios.
3. No pongáis vuestra confianza en príncipes, en un hijo de hombre, que no puede salvar;
4. su soplo exhala, a su barro retorna, y en ese día sus proyectos fenecen.
5. Feliz aquel que en el Dios de Jacob tiene su apoyo, y su esperanza en Yahveh su Dios,
6. que hizo los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos hay; que guarda por siempre lealtad,
7. hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos ;
8. Yahveh, el que abre los ojos a los ciegos, Yahvé el que endereza a los curvados, Yahveh el ama a los justos.
9. Yahveh el que protege al extranjero, a la viuda y al huérfano sostiene, y retuerce el camino de los impíos.
10. ¡Reine, Yahvé por siempre, tu Dios, ¡oh Dios!, oh Sión, de generación en generación! ¡Aleluya!  
REFLEXIÓN 
Éste y el resto de los salmos que quedan comienzan y acaban con Aleluya, palabra que, en poco espacio, pone mucha alabanza. I. El salmista se urge a sí mismo a alabar a Dios (vv. 1, 2). II. Urge a otros a confiar en Dios, lo cual es una forma de alabarle: 1. Muestra por qué no hemos de confiar en los hombres (vv. 3,4). 2. Muestra por qué hemos de confiar en Dios (v. 5), por su poder en el reino de la naturaleza (v. 6), por su dominio en el reino de la providencia (v. 7) y por su gracia en el reino del Mesías (vv. 8, 9), aquel reino perpetuo (v. 10), al que muchos escritores judíos refieren este salmo.
Versículos 1-4
El salmista se anima a sí mismo a alabar a Yahveh, y decide hacerlo mientras viva (vv. 1,2). Las frases nos recuerdan otras similares de 103:1; 104:1, 33; 145:2. A continuación, con frases semejantes a las de 118:8, 9, exhorta a sus oyentes y lectores a no confiar en príncipes, ya que: (A) No tienen poder para salvar (v. 3, comp. con Jer. 17:5 y ss.) y (B) su existencia misma es en extremo precaria (v. 4): «Expira... y en ese mismo día perecen sus proyectos», ya sean favorables o dañosos para el pueblo.
Versículos 5-10
Por contraste, el salmista anima a otros a confiar en Dios (v. 5, comp. con 144:15). Y pasa a enumerar los motivos:
1. Dios es Todopoderoso y Veraz, en contraste con la impotencia y versatilidad de los hombres (v. 6). Dice Cohén: «En conformidad con el espíritu hebreo, el salmista no funda su confianza en Dios meramente por su poder; una razón todavía más poderosa es su providencia con respecto a sus criaturas, de acuerdo con sus atributos revelados.»
2. El poder de Dios está al servicio de su amor, pues favorece a todos: (A) Hace justicia a los oprimidos (lit. v. 7a,comp. con 103:6). La opresión se debe al abuso de la libertad con que Dios ha dotado al hombre, pero ese mismo abuso da ocasión a que el mismo Dios despliegue su justicia y su bondad. (B) Da pan a los hambrientos (v. 7b, comp. con 107:9), especialmente mediante las condiciones del suelo y los fenómenos atmosféricos (Hch. 14:17). (C) Liberta a los cautivos, etc. (vv. 7c, 8), detalles que expresan las características que marcan la venida del Mesías (comp. con Is.61:1; Mt. 11:5, 6). (D) Especial consideración le merecen los destituidos: (a) de hogar propio: «losextranjeroso huéspedes» (v. 9, comp. con 39:12, conforme a los preceptos de Ex. 22:21, 22); (b) de padres: «el huérfano»; (c) de marido: «la viuda».
3. El reino de Dios, en contraste con lo efímero de los reyes de este mundo (vv. 3, 4), es para siempre (v. 10, comp. con Ex. 15:18). Esto nos debe servir de gran consuelo, especialmente cuando vemos cómo caen los imperios humanos, cómo surgen revoluciones que acaban con el anterior estado de cosas, cómo la carrera armamentista constituye una amenaza terrible para la humanidad entera, etc. El Dios del Universo y de Sión, reinará para siempre. ¡Aleluya!
Relectura en clave cristiana
Ven, Señor,  salvarme.
Yo te alabo, y quiero siempre alabarte; tengo motivos para alabarte:
me creaste, me redimiste,
Me has cuidado, me has dado tu Espíritu
en los Sacramentos
estás siempre a mi lado.
No quiero poner mi confianza
en hombres que no me pueden salvar,
en hombres que, por mucho que me hayan dado:
No me han redimido, como Tú,
no me han dado tu gracia.
Quiero tener en ti mi apoyo,
quiero tener mi esperanza en tu Cruz.  
Y sé, Señor, me lo dice tu Palabra:
Que Tú haces justicia,
que tu justicia no es como la humana:
Pero muchas veces no veo tu justicia,
Me asaltan muchos ¿por qué?,
¿Por qué tanta opresión,
tanta gente sin pan,
sin trabajo, sin casa.
¿Por qué tantos ciegos por esos caminos,
por qué tanta gente
que vive encorvada
bajo el peso del dolor?
Sin embargo, creo,
que Tú haces justicia
Y que diriges el mundo con bondad…
Pero, Señor, date prisa,
te esperamos,
esperamos tu ayuda, tu salvación.

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