Lectio divina. Año Litúrgico 2013-14. Ciclo A. 8 de Diciembre de 2013 DÍA DE LA INMACULADA

Fiesta de la Inmaculada.-
V/ Dios mío ven en mi auxilio.
R/ Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…
Oración: Oh Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada, , y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intersección llegar a ti limpios de nuestras culpas.

Salmo responsorial (Sal 97)
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
El Señor da a conocer su victoria; revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor tierra entera; gritad, vitoread, tocad.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Salmo bíblico 97
1 ¡Cantad a Yahvé un canto nuevo,
cantad a Yahvé, toda la tierra,
2 cantad a Yahvé, su nombre bendecid!
Anunciad su salvación día tras día,
3 contad su gloria a las naciones,
a todos los pueblos sus maravillas.
4 Que grande es Yahvé, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
5 Pues nada son todos los dioses de los pueblos.
Mas Yahvé los cielos hizo;
6 gloria y majestad están ante él,
poder y fulgor en su santuario.
7 Rendid a Yahvé, familias de los pueblos,
rendid a Yahvé gloria y poder,
8 rendid a Yahvé la gloria de su nombre.
Traed ofrendas y en sus atrios entrad,
9 postraos ante Yahvé en esplendor sagrado,
¡tiemble ante su faz la tierra entera!
10 Decid entre las gentes: «¡Yahvé es rey!»
El orbe está seguro, no vacila;
él gobierna a los pueblos rectamente.
11 ¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra,
retumbe el mar y cuanto encierra;
12 exulte el campo y cuanto en él existe,
griten de júbilo todos los árboles del bosque,
13 ante la faz de Yahvé, pues viene él,
viene, sí, a juzgar la tierra!
El juzgará al orbe con justicia,
a los pueblos con su lealtad.

REFLEXIÓN
CON JESÚS
"El Señor es rey". "Venga tu Reino, así en la tierra como en el cielo". Sabemos la pasión de Jesús por su Padre. Entregó su vida al Reino.
Sin embargo, Jesús, siendo el Hijo de Dios, evitó deliberadamente todo destello divino durante el tiempo de su Encarnación. Las "teofanías", de las cuales estaban ávidos los judíos en los tiempos de Jesús (formados en ello por los salmos de ese género), Jesús las rechazó sistemáticamente: "ellos pedían a Jesús un signo bajado del cielo... De hecho, no será dado a esta generación otro signo que el signo de Jonás. Los dejó allí y se marchó". (Mateo 16,1- 4). En comparación con el Antiguo Testamento, el Evangelio es discreto. Sin embargo en la Transfiguración, citan los evangelios un signo teofánico: "vino una nube luminosa y los cubrió con su sombra". (Mateo, Marcos y Lucas). Igualmente, al anunciar su gloria durante el juicio ante el Sanedrín, Jesús recurre a este lenguaje bíblico: "Veréis venir al Hijo del Hombre sobre las nubes del cielo". (Mateo 26,64: Apocalipsis 1,7).
San Pablo cita este salmo, hablando de la Encarnación como una entronización real: "Cuando Dios presentó su primogénito al mundo dijo: "de rodillas ante El todos los ángeles (los dioses)" (Hebreos 1,6).
Pero es sobre todo la Parusía de Jesús, su última venida gloriosa, la que se asemeja más a este salmo: "Cuando venga glorioso, sobre su trono de gloria, todas las naciones estarán reunidas ante El... Como el relámpago que se ve brillar de Oriente a Occidente, así será la venida del Hijo del Hombre... (Mateo 24,27 - 31).
Entonces, los "justos" se asociarán a este triunfo como lo dice el salmo. Estas son las palabras de San Pablo: "fortificados por su glorioso poder, con alegría dad gracias al Padre que os concede tener parte en la herencia de los santos en la luz: El nos libró del poder de las tinieblas y nos condujo al Reino de su amado Hijo"... (Colosenses 1, 11-12) Observemos finalmente que Pentecostés asoció a la venida del Espíritu Santo, "la tempestad", y "el fuego" (Hechos 2,2 - 3).
CON NUESTRO TIEMPO
Delante de Dios. El Dios ante quien estoy es viviente. Cinco veces, en este salmo, somos invitados a estar "delante" de Dios. Lenguaje muy elocuente. El hombre, en el fondo, no tiene existencia autónoma: su ser no lo tiene por sí mismo... El está solamente "delante" de Dios. ¡El es! Yo soy, solamente "delante" de El.
El fuego símbolo de Dios. "Delante de él va el fuego y quema a los enemigos que lo rodean... Sus relámpagos iluminan la tierra... Las montañas se derriten como cera"... Estaríamos fuera de lugar, hombres del siglo XX, al considerar infantiles estas imágenes. Hacen referencia ciertamente, a un viejo fondo mítico (confrontar el mito de Prometeo, vencido cuando trató de dominar el fuego de los dioses). Sin embargo la ciencia moderna, si bien nos ha enseñado a dominar un poco el fuego, nos ha revelado que vivimos sobre ciclones de fuego: el corazón de la tierra es un fuego temible que aflora a veces en los volcanes. El universo es un ensamblaje fantástico de "bolas de fuego", los astros. Nuestro sol es una enorme y permanente explosión atómica, a la que nadie, jamás se acercará... sin desaparecer, sin "ser consumido" dice el salmo. En este grandioso y aterrador universo de fuego, una mano creadora ha preparado un espacio tibio, en que la vida pueda existir, el planeta tierra. Sí, Dios nos ha permitido "ser delante" de El. Nos ha dado un espacio, un tiempo... para existir. Haríamos el ridículo pretendiendo pasar por astutos ante Dios.
¡Odiad el mal! El hombre moderno utiliza frecuentemente el lenguaje del combate. La Biblia también. Este salmo no es ni mucho menos de tranquilidad. En mí, alrededor de mí, debo luchar contra el mal. La palabra es fuerte: debo "arrancarme" del poder del mal, con la ayuda de Dios.
La alegría brilla para el justo. Esta imagen de siembra atempera la violencia de las otras imágenes: Jesús la utiliza preferentemente. Más que el resplandor de un relámpago, el Reino de Dios es una "semilla", destinada a crecer lentamente. La luz y la alegría de Dios sembradas en la humanidad, crecen poco a poco... ¡Hay que creerlo! Israel, a la merced de las naciones paganas que lo rodeaban seguía creyendo que una "luz fue sembrada".
NOEL QUESSON

Relectura en clave cristiana y personal.
Te encarnaste, Señor,
renunciando a tu condición de Dios.
Te pedíamos signos,
señales, teofanías…
Y eras reacio en concedérnoslas.
Tu preocupación
era extender el Reino,
proclamar la paternidad y misericordia de Dios,
hacer favores, muchos favores a la gente,
para que fueran felices.
Lo demás era cuestión nuestra:
o te consideramos Dios, Rey,
o no te consideramos así
y eso nos perdemos.
Tú estás pendiente de nosotros,

sientes como Dios;
sientes como hombre:
caminas a nuestro lado
y nos ofreces ser tus seguidores:
extendiendo el Reino,
enseñando que Dios es Padre bueno,
haciendo favores a la gente

para que sean felices.

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