Santa María, Madre de Dios. 1.01.2014
Num 6, 22-27; Gal 4, 3-7; Lc 2, 16-21
V/ Dios mío, ven en mi auxilio.
R/ Señor date prisa en socorrerme.
V/ Gloria al Padre…
R/ Como era en un principio…
Oración: Dios y Señor nuestro, que por la maternidad virginal de María entregaste a los hombres los bienes de la salvación, concédenos experimentar la intercesión de aquella de quien hemos recibido a tu Hijo Jesucristo, el autor de la vida.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 67)
El Señor tenga piedad y nos bendiga.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
El Señor tenga piedad y nos bendiga.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.
El Señor tenga piedad y nos bendiga.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.
El Señor tenga piedad y nos bendiga.
SALMO Bíblico 67
1 Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah (expresión que aparece, no se ha llegado saber el significado, pero debe ser una nota para la interpretación musical)
2 Para que sea conocido en la tierra tu camino,
En todas las naciones tu salvación.
3 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.
4 Alégrense y gócense las naciones,
Porque juzgarás los pueblos con equidad,
Y pastorearás las naciones en la tierra. Selah
5 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.
6 La tierra dará su fruto; Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
7 Bendíganos Dios, Y témanlo todos los términos de la tierra..
Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Salmos Tomo-1. Editorial CLIE.
Aquí tenemos, I. Una oración por la prosperidad de Israel (v. 1). II. Una oración por la conversión de los gentiles (vv. 2-5). III. Una feliz perspectiva de tiempos gloriosos cuando Dios se digne llevar a cabo tal obra (vv. 6, 7).
Versículos 1-7
El salmista fue elevado aquí a recibir el espíritu de profecía acerca del ensanchamiento del Reino de Dios.
I. Comienza con una oración por el bienestar y la prosperidad del pueblo escogido (v. 1): «Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga.» Nuestro Salvador, al enseñarnos a decir «Padre nuestro», dio a entender que debíamos pedir con otros y por otros; así el salmista no dice: «Dios tenga misericordia de mí y me bendiga», sino «de nosotros y nos bendiga». Aquí se nos enseña, 1. Que toda nuestra felicidad procede del favor de Dios y con Él se incrementa; por eso, lo primero que pide es el favor de Dios. 2. Nos bendiga; es decir, nos otorgue interés en sus promesas y nos conceda todos los bienes contenidos en ellas. 3. «Haga resplandecer su rostro hacia nosotros» es una petición basada en la bendición sacerdotal de Núm. 6:24 y ss., con la diferencia de que allí la preposición es «sobre», mientras que aquí la preposición es «hacia», lo que da la impresión de un contacto más próximo con el resplandor de la luz divina. También podría traducirse por «con».
II. De ahí pasa a una oración por la conversión de los gentiles (v. 2): «Para que sea conocido en la tierra tu camino», es decir, la forma en que te conduces con nosotros, a fin de que también ellos te alaben y glorifiquen. Es como si añadiese: «Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino».
1. Estos versículos, que apuntan a la conversión de los gentiles, pueden tomarse: (A) Como oración que expresa el deseo de los santos del Antiguo Testamento, quienes desearían así que se extendieran a todos los privilegios de que ellos disfrutaban. Obsérvese entonces cuán diferente del de sus padres era el espíritu de los judíos en tiempo de Cristo y de sus apóstoles, pues aquellos pedían que el nombre de Dios fuese conocido en todas las naciones, mientras que éstos se enfurecían al ver predicado a los gentiles el evangelio de la salvación (v. Hch 13:45). (B) Como profecía de que había de suceder lo que pide.
2. Tres cosas son las que aquí pide con referencia a los gentiles:
(A) Que se extienda a ellos la revelación divina (v. 2): «Que sepan ellos, como los sabemos nosotros, lo que es bueno y lo que pide Yahveh de nosotros (Miq. 6:8); que sean bendecidos y honrados con los mismos estatutos y preceptos justos, que son la alabanza de nuestra nación y la envidia de nuestros vecinos» (Dt.4:8). Si Dios nos da a conocer su camino y andamos en él, nos mostrará su salud salvífica (50:23). Quienes conocen por experiencia propia lo agradable de los caminos de Dios y los consuelos de su salvación, no pueden menos de desear y orar que sean conocidos por otros en todas las naciones.
(B) Que sea establecido entre ellos el culto divino, como sucede donde se recibe y abraza la revelación divina (v. 3) «Te den gracias (lit.) los pueblos, oh Dios. Que tengan materia para la alabanza y corazón para la gratitud; no sólo algunos pueblos, sino todos ellos. » Tanto interés tiene el salmista en esto, que lo repite en el versículo 5. Es una oración, (a) para que les sea predicado el Evangelio y entonces tendrán motivo suficiente para alabar y dar gracias a Dios, como por un día de primavera tras una larga y oscura noche. (b) Que se conviertan y sean traídos a la Iglesia de Dios, donde tendrán disposición y oportunidad para alabar a Dios. (c) Que puedan ser incorporados a las asambleas solemnes, a fin de que puedan alabar a Dios con una sola mente y una sola boca.
(C) Que sea reconocido entre ellos el gobierno de Dios (v.4): «Alégrense y gócense las naciones. » El gozo que desea a las naciones es un santo gozo, porque se han de gozar en que Dios juzga a los pueblos con equidad y guía (lit. el mismo verbo de 78:14) las naciones de la tierra (lit. en la tierra). Se alegrarán al ver que el Dios de Israel es un juez justo, cuyos juicios son todos conforme a la más estricta verdad y justicia, no como los juicios de los jueces humanos.
III. Concluye con una gozosa perspectiva de todos los bienes que han de sobrevenir cuando Dios lleve a cabo esto, cuando las naciones se conviertan y alaben a Yahveh con gratitud.
1. El mundo de aquí abajo les sonreirá y ellos disfrutarán de los productos de la tierra (v. 6): «La tierra dará su fruto. » Es cierto que Dios da lluvia de los cielos y estaciones fructíferas a las naciones, incluso cuando éstas yacen en las tinieblas (Hch 14:17); pero cuando se convierten, la tierra incrementa sus frutos en mayor medida.
2. El mundo de arriba les sonreirá también, lo cuales mucho mejor: «Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro» (v. 6). Y de nuevo (v. 7): «Nos bendecirá Dios.» Recibimos de veras el fruto de la tierra como un favor cuando, con él, nos da nuestro Dios la bendición.
3. Con eso, todo el mundo se sentirá inclinado a seguir el ejemplo de ellos (v. 7): «Y le temerán, es decir, le rendirán culto, todos los confines de la tierra» (Este sentido -profético- es más probable que el de petición).
Relectura Salmo 67 en clave cristina
Señor, ten misericordia de nosotros
y bendícenos
Tú rostro, Señor, es lo que quiero ver.
Pero quiero ver tu rostro,
Sí, en el cielo,
Donde creo lo veré por tu gran misericordia:
Pero quiero verlo también aquí en el tierra;
En donde me has colocado:
Quiero ver tu rostro en mi familia,
Quiero ver tu rostro,
En las personas que me quieren
Y, también, en las que no me quieren;
Quiero ver tu rostro
en las personas que yo quiero
y en las personas que no quiero
Si tengo amor,
Y soy capaz de testimoniarlo,
Seré tu testigo,
Seré tu apóstol
La gente te conocerá,
la gente será feliz contigo.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.