Lectio divina Fuente: DABAR
Domingo_ 13º TO Ciclo “C” 30 de Junio de 2013
1 Re 19,
16b.19-21; Sal 15, 1-2. 5-11; Gal 5, 1.13-18; Lc 9, 51-62
1. Oración inicial:
Queremos darte gracias
por Ti mismo, Dios del amor y de la vida, que significas tanto para nosotros ya
que nuestro futuro será posible por tu empeño en mantener esta vida que nos has
dado y llevarla hasta alcanzar lo que anhelamos y no podemos por nosotros
mismos.
Te damos las gracias por habernos enviado a
Jesús como Palabra sobre Ti y mensajero de tu perdón y acogida.
2. Lectura comprensiva: Lucas 9,51‑62
Cuando se iba cumpliendo el
tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y
envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaria para
prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: «Señor,
¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?» Él se volvió
y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo
uno: «Te seguiré adonde vayas». Jesús le respondió: «Las zorras tienen
madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar
la cabeza». A otro le dijo: «Sígueme». Él respondió: «Déjame primero ir a
enterrar a mi padre». Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus
muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios». Otro le dijo: «Te seguiré,
Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia». Jesús le contestó: «El
que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios».
3. Comentario bíblico:
a. Aclaraciones al Texto
V.51 El tiempo de ser llevado al cielo. Referencia a la Ascensión.
V.53 No lo recibieron en la aldea de Samaría,
porque se dirigía a Jerusalén. La
animadversión y el resentimiento entre judíos y samaritanos eran recíprocos y
estaban muy arraigados. En el monte Sión de Jerusalén estaba el templo judío;
en el monte Garizín de Samaría estaba el templo samaritano. Ir a Jerusalén era
no ir a Garizín, no valorarlo.
V.55 Se volvió. Imagen de gran fuerza gráfica. Jesús iba en cabeza y los discípulos lo
seguían. Los regañó. El verbo
elegido es la cara familiar y coloquial
de lo que, en realidad, fue una desaprobación en toda regla. Traducción
preferible: los reprendió.
V.56 Se marcharon. El verbo así traducido es la quinta vez que se
repite desde el v.51. Las cinco veces el mismo verbo, dato no reflejado en la
traducción (ir, de camino, dirigirse, marcharse, ir de camino).
Vs.57-59 Imágenes sorprendentes y
paradójicas; lenguaje vivo, chirriante: dos recursos al servicio de una
enseñanza que tenía que entrar por los ojos y por los oídos. Entonces no se
aprendía leyendo, sino viendo y oyendo. Dos recursos al servicio de una
enseñanza con vocación de duración y que, a la vez que garantizaban la
memorización de lo oído, permitían al oyente
dar vueltas en su interior a lo que había oído y dar finalmente con su verdadero sentido.
V.58 Hijo del Hombre. Expresión usada por Jesús en referencia a sí
mismo
b. Texto
¿Qué dice en sí mismo?
Cinco veces se repite estar en camino en la primera parte del texto. Con esta
expresión verbal, el evangelista nos muestra
a un Jesús moviéndose en coherencia lógica y práctica con la voluntad de
Dios descubierta en la oración. El estar en camino por parte de Jesús fue un hecho
real, en nada ficticio. El evangelista deja solo pinceladas de ese realismo,
las suficientes para que no haya dudas de la verdad histórica de lo referido.
Pero con ser necesaria
la verdad histórica, no es ella la verdad relevante. Jesús se volvió y los
reprendió. De esta forma concisa y contundente formula Lucas la primera
verdad relevante del texto de hoy. Los destinatarios inmediatos de la misma son
Santiago y Juan. Curiosamente, Juan ha sido también el destinatario en los dos
versículos que preceden al texto de hoy (vs.49-50). Y, curiosamente también, en
los vs. 49-50 y 51-56 Jesús formula la misma lección: templanza, moderación, tolerancia. Santiago
y Juan, discípulos suyos judíos, debían aprender a contener la respuesta
instintiva y pasional en su relación con los samaritanos, debían aprender la
convivencia con los odiados samaritanos, por más duro y difícil que pudiera
resultarles.
Tres veces se repite, a
su vez, seguir (a Jesús) en la
segunda parte del texto. Te seguiré (vs.57). Sígueme (v.59). Te seguiré (v.61). El texto se mueve en la lógica y en la
práctica de lo formulado por Jesús el domingo pasado (Lc.9, 23-24). Jesús
generó indudablemente entusiasmos, esperanzas y ganas de seguirlo en la gente.
Jesús habló indudablemente de las dificultades y riesgos de seguirlo. De ahí la
segunda verdad relevante del texto de hoy: seguir
a Jesús es duro y no es fruto de la exaltación y la fogosidad momentáneas.
4. Meditación:
a. Indicaciones para nuestra vida
¿Qué dice para mí?
Lo primero que me sale
de dentro es agradecer a Jesús su lenguaje franco, realista, crudo incluso. Un
lenguaje así ayuda a sacudirse el sueño, la indolencia, la pereza, el dulce no
hacer nada. Un lenguaje así fuerza a reinventarse una escala de valores con
Dios y su Reino como valores supremos, desde los que cobren todo su sentido los
demás valores humanos, incluido uno tan emocionalmente arraigado e
importante como la familia.
Oyendo hablar así a
Jesús, sé que si algo tengo que ser como discípulo suyo es ser recio, abnegado,
con capacidad de renuncia voluntaria a los propios deseos, pasiones o
intereses, contenido y respetuoso con
los demás (individuos diferentes o
grupos diferentes).
El camino cristiano no
es ni más ni menos que el camino de Cristo. Camino como tarea y como razón de
ser. Camino como quehacer. Me hago discípulo de Jesús cada día, inventando cada
día la manera concreta de seguir a Jesús, inventando cada día la tolerancia, es
decir, la manera concreta de convivir entre diferentes, sean individuos o sean
grupos.
Tolerancia es hoy una de
esas palabras que pueden significar cualquier cosa, porque su repetición y
circulación inflacionista han hecho que, realmente no signifiquen nada
absolutamente, y sean puros sonidos halagadores del yo de los oyentes.
Tolerancia es hoy día un cliché, un tópico, un lugar común y encontradizo, una
facilidad verbal. Para Jesús no era así. Los judíos Santiago y Juan aprendieron
de Jesús que ser tolerantes con lo samaritanos era aceptar a estos en su
diversidad. Tolerancia no es palabra halagadora sino palabra dura, cruda, como
concepto y, sobre todo, como práctica. Ser tolerantes es reconocernos como
humanos iguales y diversos.
b. Preguntas y cuestiones
¿Cuántos
ruidos, gritos y altavoces pugnan entre sí por atrapar nuestro oído y no
dejarnos escuchar las voces de una humanidad que nos necesita y de un Dios que
nos urge?
¿Estamos
libres de cosas y posesiones, como Jesús, o nos sentimos atados a necesidades
superfluas que nos llenan de obligaciones y compromisos?
¿Somos
conscientes de la libertad tan profunda que nos ha aportado Jesús al liberarnos
del miedo a Dios y del peso de nuestra propia condición humana que nos llena de
realismo sobre nosotros y la historia pero nos permite mirar al futuro con
esperanza?
5, Contemplación:
Jesús nos invita a seguirle en su camino y para ello
emplea la palabra clave “¡sígueme!”, es una llamada fuerte, una llamada a
imitarle, a ser como Él, a caminar como Él, a vivir como Él, a sufrir como Él y
sobre todo, a amar como Él. ¿Y quién
puede hacerlo? ¿Quién goza de tal privilegio? La verdad es que nos lo pone un
poco difícil, primero te invita pero
luego te desconcierta, sí pero no, sus palabras son duras, quiere seguridad y
para ello te dice que el camino no va a ser fácil, que no va a ser un camino de
rosas, sólo seguirán ese camino los valientes, los libres, quienes tienen un
corazón para dar.
6.
Oración:
Nuestra oración, Señor,
se dirige a Ti que eres nuestro apoyo y nuestra fuerza en tiempos difíciles,
para pedirte un corazón sensible que nos acerque a quienes nos necesitan, y
fuerte para resistir nuestras propias debilidades y cansancios. Ayúdanos a ser
decididos en seguirte siendo solidarios con los demás.