MARÍA
ESTUDIO MES DE MAYO
1.
Significado
del nombre. Posibles etimologías.
2.
MADRE de
DIOS.
3.
Don
Bosco y MARÍA
FUENTES.- Diccionario
Bíblico.- Memorias Biográficas de Don Bosco
1¿Tienes muchos conocimientos sobre el tema?-
Lectura de las fuentes y hacer esquemas que vayan configurando el estudio.-
Terminado, hacer una lectura reposada.- ¿Has ampliado tus conocimientos sobre
el Tema?
I.- Significado del nombre.- Posibles etimologías
MARÍA, en hebreo es “Miryam”
Existen varias
etimologías:
Märäh = rebelde, apenada,
amarga
Märä = corpulenta, bella
Sinónimo en Oriente, rum =
elevada, exaltada.
Es
probable que el nombre tenga origen egipcio, y su primer elemento “mri”
tenga relación con “amar”.
La
etimología popular nos ilumina haciéndola derivar de “ra ah” que
significa “ver” así podemos decir que al decir María podamos decir vidente, que
hace ver, profetisa. 3
San
Jerónimo entiende el nombre de María como “estrella del mar”.
En
arameo del siglo I hace referencia a märä y tiene el sentido de “dama, señora”.
Son
significativas las distintas etimologías para poderlas aplicar a la persona de
María, Madre de Dios.
María
puede ser:
- mujer apenada, se le llama en la
piedad popular “amargura”
- mujer “bella”
- mujer elevada, exaltada
- mujer que “ama”; sentido egipcio
muy significativo.
- mujer que anuncia, que hace ver,
que muestra; es el sentido popular.
-
San Jerónimo la llama “estrella del mar” y ha quedado como advocación de María
en la piedad popular.
-
Por último, el sentido que le da el arameo del siglo I, es el sentido que
muchas veces le damos a María cuando a
ella nos dirigimos: “señora”
II. Madre de Dios.
Madre de Jesús. Madre de Dios.
1.- Los datos
concernientes a la vida de María y que se encuentran en los Evangelios son:
Virgen de Nazaret
Visitada por Dios – Anunciación. [1]
Concibe a su Hijo del Espíritu
Santo. [2]
Esposa de José. [3]
Visita a Isabel – Magníficat. [4]
Da a luz a Jesús en Belén. [5]
La visitan los pastores y los
magos. [6]
Presenta a Jesús en el templo [7]
Pierde a Jesús y lo encuentra en el
templo.[8]
A
parte de estas indicaciones, los Evangelios se muestran discretos respecto a
María.
La
hacen presente en las Bodas de Caná[9];
se muestra en una visita que hace a Jesús cuando está predicando [10];
la podemos encontrar en el camino de Jesús al Calvario y al pie de la cruz [11]
En
el Libro de los Hechos, San Lucas hace notar la presencia de María en medio de
los discípulos rezando y esperando la venida del Espíritu Santo.
La
tradición la ha reconocido en la mujer del Apocalipsis[12], como Madre espiritual de los discípulos de
Cristo, de la Iglesia.
Nada
dice la Biblia sobre el resto de su vida, sobre su muerte y su Asunción al
cielo.
2.- María en el Antiguo
Testamento
El
Antiguo Testamento no habla de María, Madre del Mesías, sin embargo a partir de
Mateo y Lucas la relectura cristiana ha visto prefiguraciones:
En Génesis [13]
: prefigura a María la mujer que aplasta la cabeza de la serpiente.
En Éxodo[14]:
Miriam, hermana de Moisés. Profetisa, salva a su hermano.
En las profecías de Miqueas existen
prefiguraciones [15]
En Isaías[16]
se nos habla de Enmanuel, Dios con nosotros, y hace referencia a María, su
Madre.
Es
significativo el enraizamiento con el que el Nuevo Testamento y los Padres de
la Iglesia expresan el misterio de María en estos temas:
La
sexualidad en la que hombre y mujer tienen un papel específico; la maternidad
como participación en la obra creadora; la virginidad expresión del amor
reconocido como don de Dios; la feminidad, camino de bendición divina,
que aparece en ls figuras de Sara, Rebeca, Judit…
En
Sofonías [17]
se habla mucho de la Hija de Sión haciendo referencia, sin duda, a María, Madre
del Mesías.
En
Zacarías [18]
nos anuncia que una mujer dará a luz, prefigurando el nacimiento del Mesías, de
una Virgen Madre; lo mismo prefigura Isaías[19].
En
los Proverbios y en el Eclesiástico nos muestra la imagen femenina de la
sabiduría que se plica a la Virgen.
3.- Teología
La
escasez de datos ha provocado la puesta en tela de juicio de las afirmaciones y
los dogmas de la teología mariana.
a)
Origen: San Pablo subraya la ascendencia divina de Jesús [20]sin
pronunciarse sobre la ascendencia de María.
San
Justino asimila la ascendencia de María a la de Jesús.
b) Maternidad divina:
San Pablo[21]
expresa el fundamento de la maternidad divina que el Evangelio de Marcos [22]
explicita subrayando la divinidad de Jesús, aunque no habla de la maternidad divina
de María; insiste en la superioridad del parentesco espiritual sobre el de la carne [23]
Los
Evangelios de Lucas[24]
presenta a María como perfecta Hija de Sión.
c) Virginidad: María es llamada a ser
Madre de Dios [25]
y es Madre de Dios en la virginidad; da el “sí” para la realización en ella del
deseo divino [26]
y se obra la concepción virginal por obra y gracia del Espíritu Santo.[27]
d) Maternidad universal: el Evangelio de Lucas
muestra a los ángeles anunciando el Nacimiento de Jesús a todos [28]
y la salvación a todos que se realizará por la muerte y resurrección del Hijo
de Dios – Hijo de María; esta redención se presenta asociada a María:
* Por la profecía de Simeón[29]
* La búsqueda de Jesús y encuentro
en el Templo[30]
* En el cuidado de la infancia,
adolescencia, juventud de Jesús[31]
De
la misma manera da a luz y cuidad a la Iglesia, estando a la espera del
Espíritu Santo[32]
María
no predica el Evangelio pero consiente en la encarnación,[33]
que se realiza en la Iglesia.
e) Concepción virginal:
El anuncio a José [34]
pone de manifiesto el sentido de la Concepción virginal de María; presenta el
amor virginal de María y José como plena docilidad al designio de dios.
Hoy
se ha atacado este punto que se considera solamente como una afirmación
teológica.
Los
racionalistas de principios del s. XX quisieron explicar la maternidad virginal
como algo mitológico, comercio carnal de dioses con mujeres.
Hoy
esta explicación que daban los racionalistas ha perdido fuerza y se acude a las
fuentes judías que muestran el despliegue de la fecundidad de Dios en la
esterilidad e incluso en la virginidad.
No
se puede probar por la historia lo que da sentido en la Escritura; ni se puede
negar la realidad de lo que hable la Escritura sin correr el riesgo de
reducirla a meras representaciones.
La
crítica pone en tela de juicio el poder transformador del amor divino: al hacer
de la Virgen “una mujer como nosotros”, hace de nosotros “una mujer como ella”.
La
maternidad virginal es el signo de nuestra filiación divina. Dios, al
encarnarse, nacer, sufrir, morir, resucitar. Confiere a la vida y muerte del
hombre una significación nueva.
Dios
no se agota en la humanidad, sino que la transfigura y la diviniza.
María
es figura y realización de esa verdad.
f)
María y la Iglesia. Hay dos textos en el Evangelio de Juan que asocian a
María a la “hora de Jesús”: Bodas de Caná [35]
y en el Gólgota[36].
María es la mujer mostrada
en la humanidad; es la nueva Eva que asume la fe de los creyentes en la acción
transformadora de Cristo en la Eucaristía y en la Iglesia nacida de Jesús por
obra del Espíritu Santo.
María representa a la
Iglesia como misterio instituido.
Sin perder de vista que
María es una persona histórica, reconocemos que es la Madre de Jesús, el Mesías,
Hijo Único de Dios y Hermano de todos los hombres.
María se considera con
relación a Jesús:
***
Educadora
***
Colaboradora
***
Discípula
***
Cooperadora en su obra de liberación y salvación.
María
se ha convertido para algunas comunidades en un hecho social y simbólico.
Su figura crea
identificación social, cohesión social: bajo distintas advocaciones aglutina
socialmente a los pueblos.
María se convierte en
factor político social; crea comunión; unidad de sentimientos religiosos, tradicionales,
culturales… folklóricas… muchas veces incluyen una dimensión defensiva y
exclusiva… “es mi Virgen de Luna”… etc.…
Para algunas comunidades
la figura de María bajo una advocación es símbolo de identificación, cohesión
interna, distinción: “decir María
Auxiliadora, es pensar en Don Bosco, en la Familia Salesiana ”
María, en cuanto símbolo
de identificación, cohesión y comunión tiene relación directa en el misterio
eclesial, que se estructura en la dimensión profética, sacerdotal, pastoral.
Reúne a los creyentes en
una comunidad.
El ministerio eclesial
expresa la concesión de dones, bienes que brotan del Mesías, Jesús Resucitado.
María se presenta como el
gran prototipo de la Iglesia :
la primera cristiana.
La relación de la
mariología con la comunión eclesial, tendríamos que tener en cuenta la relación
de María con el misterio de la Trinidad: relación de María con el Padre, con el
Verbo, con el Espíritu.
María es Hija del Padre,
Madre del Hijo, esposa del Espíritu. Esta relación ha sido proclamada en los
distintos dogmas marianos.
Misterio, dinamismo y
misión son inseparables en el dinamismo de la historia de la salvación de Dios
con la humanidad.
Nos centramos directamente
en la dimensión de la comunión eclesial y del ministerio pastoral en relación
con María, la madre histórica del Mesías. Bien es cierto que no se puede
distinguir adecuadamente la comunión con respecto al misterio y a la misión.
Este es el principio
mariano con relación al principio petrino y al principio joánico.
El principio mariano se
refiere a esa estructura de nuestra fe que va desde la creación hasta la
consumación en la parusía.
** La receptividad de la
creación de la nada.
** Aceptación gozosa de
ser criaturas.
** Santidad subjetiva de
las personas.
** Dimensión carismática.
** Receptividad del
Espíritu
** Libertad y creatividad
** La feminidad
** La inspiración
** La cooperación con el
Hijo en la inauguración de los tiempos nuevos.
María de Nazaret es la
persona concreta del principio mariano que ya tiene vigencia en el orden de la
creación y de la alianza.
El principio mariano es
expresión de los contenidos de la fe, expresión de la analogía del amor; de la
analogía de la historia de la salvación; de la analogía del ser, de la comunión
y unidad de todos los seres.
En la historia de la Salvación , María
representa la escucha, la respuesta, la aceptación. Ella es figura y modelo de la Iglesia ; es figura y
modelo del cristiano.
Rasgos bíblicos en María
de Nazaret.
** Portadora de un
nacimiento mesiánico.
** Discípula del Reino.
** Madre de los hijos
dispersos.
María al pié de la cruz
congrega a los dispersos. La madre del Mesías se convierte en madre del
redentor. María recibe la misión maternal con respecto a la comunidad, y a la
humanidad entera. En presencia del Hijo muerto, María se revela como la madre
de los hijos dispersos por las generaciones de la historia. Juan
representa a los discípulos.
Es la suya una historia
concreta de engendramiento y de vida, abierta a la
novedad de su Hijo, fiel acompañante de las vicisitudes de la vida mesiánica
del Hijo, y en esa medida abierta al futuro, a lo universal. Mujer concreta y
universal. Como madre del Mesías y madre de la Iglesia la virgen, María
representa la valoración jamás soñada de lo pequeño, de lo sensible y concreto.
En su particularidad y limitación histórica y temporal ella simboliza la
maternidad eclesial. Es virgen y madre fecunda. La llaman bienaventurada todas
las generaciones. Lo narrativo y espacial se abre en
ella a lo universal salvífico. Ella es una microhistoria de salvación.
En su fragmento se manifiesta nuestra condición de redimidos y reunidos bajo la
cruz.
4.- María en Pentecostés.
Desde el día de la
Ascensión, los apóstoles están en retiro, en el Cenáculo, a la espera del
Espíritu Santo. Y María estaba con ellos.
San Lucas es el gran
evangelista mariano: el de la Anunciación, de la Visitación, de Navidad, de la
Presentación. Por tanto, no es sorprendente que haya querido señalar la
presencia de María en el Cenáculo. En la Cruz, Jesús le dio por hijo al
"discípulo bien amado", este anónimo que representa a la comunidad de
los discípulos. Es pues normal que Ella esté presente entre ellos cuando hacen
oración, como Jesús les pidió.
Pero la presencia de
María es discreta. San Lucas la menciona, tras haber dado la lista de
los apóstoles: "Todos, con un solo corazón, perseveraban en la
oración con algunas mujeres, con María la madre de Jesús y con sus
hermanos". Contrariamente a las representaciones habituales de
Pentecostés, María no está, ni es el centro.
María, la Madre de Dios,
está presente en Pentecostés porque se trata de un nacimiento, el nacimiento de
la Iglesia, "pueblo de Dios".
La presencia de María es
señalada por san Lucas en los días que preceden a Pentecostés. Ciertamente no
hay ninguna razón para pensar que dejara el Cenáculo antes de que se realizara
la promesa del Espíritu Santo. Pero, el día de Pentecostés, quien está en el
centro es Pedro. El había tomado la iniciativa de proveer a la sustitución de
Judas. Es el quien, hoy, toma la palabra, "de pie con los Once", para
anunciar el Evangelio de Cristo resucitado.
Dado que María, ese día,
no está en primera fila, Pentecostés es quizá una de las fiestas más
auténticamente marianas.
g) Santa e inmaculada.
En el libro del
Apocalipsis [37]
se desarrolla el tema de Eva en la mujer que da a luz al Mesías y en Él a la
nueva humanidad.
María es victoriosa, por
gracia, de la acción maléfica del pecado y de la muerte, convirtiéndose en la
imagen de la Iglesia santa e inmaculada de la que habla San Pablo. [38]
Que María es Santa y por
consiguiente Inoculada tiene su fundamento Bíblico.
La Biblia no menciona
explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona
explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles.
La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la
Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta
correctamente a la luz de la Tradición Apostólica.
El primer pasaje que
contiene la promesa de la redención en el Génesis[39] menciona a la Madre del
Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la
enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María)
aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia
santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que
María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad
entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una
promesa directa de que vendrá un redentor. Junto a El se manifestará su
obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.
En Lucas [40]
el ángel Gabriel enviado por
Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena de gracia, el
Señor está contigo.». Las palabras en español "Llena de
gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene"
y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma
en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada
Concepción de María ciertamente lo sugiere.
El Apocalipsis narra sobre la
«mujer vestida de sol». Ella representa la santidad de la Iglesia, que se
realiza plenamente en la Santísima Virgen, en virtud de una gracia singular. Ella
es toda, esplendor porque no hay en ella mancha alguna de pecado (santa). Lleva
el reflejo del esplendor divino, y aparece como signo grandioso de la relación
esponsal de Dios con su pueblo.
III.- Don Bosco y María.
Don Bosco, Juanito Bosco,
lo tenía claro: aprendió la devoción a María, sin él saberlo, en la cuna. Mamá
Margarita rezaba a la Virgen a su lado desde los primeros días y años de su
infancia. Fue ella, mamá Margarita, la que así se lo explicaba cuando iba a entrar en el Seminario:
<< Cuando viniste al mundo te consagré a la Santísima
Virgen; cuando comenzaste los estudios, te recomendé la devoción a esta nuestra
madre; ahora te digo que seas suyo; ama a los compañeros devotos de María; y,
si llegas a sacerdote, recomienda y propaga siempre la devoción a María
>>.
[41]
Creo que no pudo
extrañarle el que a la edad de 9 años, Sueño de los Nueve Años, se le
propusiera como MAESTRA de lo
que era y lo que debía ser en su trabajo evangelizador entre los jóvenes. «María ha sido siempre mi guía», [42]
. Esto lo repetía Don Bosco muchas veces y es que así se lo dijeron en el sueño
de los nueve años, cuando quiso cambiar el comportamiento de los niños y
jóvenes:
<< - ¿En dónde? ¿Cómo podré adquirir la ciencia?
-Yo te daré la Maestra,
bajo cuya disciplina podrás llegar a ser sabio y sin la cual toda sabiduría se
convierte en necedad.
-Pero ¿quién sois vos que me habláis de este modo?
-Yo soy el Hijo de aquélla a quien tu madre te acostumbró a
saludar tres veces al día.
-Mi madre me dice que no me junte con los que no conozco sin
su permiso; decidme, por tanto, vuestro nombre. >>[43]
Don Bosco al comenzar su
trabajo apostólico con los jóvenes en el año 1841, tuvo siempre presente el
<<Yo te daré una Maestra>>; pero a esa Maestra había que ponerle
nombre, y sabiéndola nombrar siempre le sería más fácil a los jóvenes acudir a
ella.
Cualquier advocación le
servía a Don Bosco para propagar la devoción a María, y le gustaba que sus
muchachos visitaran santuarios y celebrasen las fiestas locales de la Virgen en
los pueblos donde podían trasladarse el Oratorio.
Pero fueron tres las
advocaciones que marcaron la vida del Oratorio: CONSOLATA, INMACULADA,
AUXILIADORA, como podemos leer en las Memorias Biográficas.
CONSOLATA: <<El
lunes siguiente a la Trinidad, don Bosco fue a celebrar su segunda misa en la
iglesia de la Consolata, para, como él escribió, «agradecer a la Virgen los
innumerables favores que me había obtenido de su divino hijo Jesús>>.
[44]
<<Llevaba a sus jóvenes del Oratorio a visitarla en su
santuario:
Les preguntaba don Bosco:
-¿A dónde vamos hoy a misa?
-A la Consolata, al Monte, a Sassi, a la Crocetta, gritaban a
coro los muchachos.
Bajaban de las habitaciones y, colocando en medio a don Bosco,
se dirigían a la iglesia que él había indicado, rezando el santo rosario por en
medio de las calles de Turín. Generalmente iban al santuario de la Consolata.
>>[45]
<<Se
hizo entre otras, aquel año, una simpática fiestecita en el vecino santuario
de la Consolación. Fueron allí los muchachos procesionalmente. El canto por
la calle y la música en la iglesia arrastraron una gran multitud de fieles
hasta los pies de la Virgen. Se celebró la misa y comulgaron muchos. Al final
hizo don Bosco un sermoncito; habló de la amabilidad de María, y enfervorizó a
todos en su amor. -«Es María -dijo entre otras cosas- la criatura más querida.
La quiere Dios Padre, la quiere su divino Hijo Jesús, la quiere el Espíritu
Santo, la quieren los ángeles, la quieren los Santos, la quieren todos los
corazones buenos. Este mismo santuario es una prueba luminosa de cuánto ha
querido siempre esta ciudad a María. Ella, a su vez, nos quiere a nosotros con
amor de madre; y si quiere a todos los cristianos en general, quiere con amor a
más tierno a los muchachos. María hace como su divino Hijo Jesús, que tanto
quería a los niños que hubiera querido tenerlos siempre en su derredor. Si
Jesús decía a sus apóstoles: Dejad que los niños vengan a mí, también María va
repitiendo a su vez: Venga a mí el que es pequeño>>.[46]
Al morir mamá Margarita
esta fue su primera visita: <<En la misma mañana
de la muerte, don Bosco, acompañado del joven José Buzzetti, fue a celebrar la
santa misa en la cripta del Santuario de Nuestra Señora de la Consolación.
Allí, después de haber sacrificado el divino Cordero ofreciéndolo al Eterno
Padre en sufragio del alma de su madre, estuvo rezando largo tiempo ante la
imagen de la Virgen. Entre otras cosas le dijo: -Oh piadosísima Virgen, mis
hijos y yo nos hemos quedado huérfanos, íAh! Sed vos en adelante mi madre y su
madre. >>[47]
INMACULADA
El título de la Inmaculada
estuvo desde el principio en la obra de Don Bosco: <<Era el 8 de diciembre de
1841, fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Sentía don Bosco en su
corazón, con mayor viveza que de costumbre, el deseo de juntar como en familia
a los jovencitos más necesitados y abandonados. Pero una
familia bien organizada, bien educada y defendida necesita de la asistencia de
una madre cariñosa. Pues bien, madre piadosísima de esta institución y
protectora poderosa debía ser la Santísima Virgen María. Y precisamente quiso
esta Reina Celestial que el Oratorio comenzara en un día a Ella dedicado.
>>[48]
La primera iglesia
oratoriana se inaugura el 8 de Diciembre de 1844, así lo relatan las Memorias
Biográficas:
<< Un sencillo
altar de madera en forma de mesa, con los paramentos estrictamente necesarios,
pero con su sagrario dorado y un pequeño trono con dos angelitos en adoración,
una capa pluvial, una casulla multicolor, un viejo estolón y los demás
ornamentos sagrados indispensables. Muy pronto se prepararon cuatro sotanitas
para los improvisados monaguillos. La marquesa Barolo dio setenta liras para
comprar veinte candeleros, treinta para la tapicería y veinte para las
sobrepellices.
Se inauguró en un día de siempre grato recuerdo para don
Bosco, el ocho de diciembre, fiesta de la Inmaculada, bajo cuyo manto maternal
había colocado al Oratorio y a sus hijos. En esa fecha, pues, bendijo don Bosco
la primera capilla en honor de San Francisco de Sales, celebró la santa misa y
repartió la sagrada comunión a varios jóvenes.
Algunas circunstancias hicieron memorable esta sagrada
función. La primera, la pobreza de la capilla. Faltaban reclinatorios, bancos,
sillas; hubo que contentarse con unas banquetas que se tambaleaban, unas sillas
desvencijadas y algunos asientos que amenazaban caerse. >> [49]
Los jóvenes del Oratorio
tenían una gran devoción a la
Inmaculada; en las Memorias se presenta uno de los propósitos de un oratoriano,
Miguel Magone: << Los muchachos del Oratorio, cada vez más
enardecidos de amor a la Virgen con estos relatos, (los que Don Bosco les
relataba en las Buenas noches) celebraron
aquel año la novena y la fiesta de la Inmaculada con particular fervor y muchos
escribieron los actos de piedad, que propusieron hacer en aquellos días. Lo había
aconsejado don Bosco. Magone, escribió sus propósitos que eran los siguientes: Yo
Miguel Magone, quiero hacer bien esta novena y prometo: 1. Despegar mi corazón
de todas las cosas del mundo para darlo todo a la Virgen. >> [50]
Fue el 9 de diciembre de 1859, como resumen de
la Fiesta de la Inmaculada, cuando se reunieron los que iban a ser los primeros
Salesianos: << Después de invocar
con las oraciones de costumbre las luces del Espíritu Santo y la asistencia de
María Santísima, recordó don Bosco brevemente lo expuesto en las conferencias
anteriores y a continuación describió qué era una congregación religiosa, su
belleza, el honor inmortal de quien se consagra enteramente a Dios, la
facilidad de salvar la propia alma, el inestimable cúmulo de méritos que se
pueden alcanzar con la obediencia, la gloria imperecedera y la doble corona,
reservada al religioso en el paraíso.
Después, visiblemente conmovido, anunció que había llegado la
hora de dar forma a la Congregación, que desde mucho tiempo atrás meditaba
instituir y había sido el objeto principal de todos sus afanes; Pío IX le había
animado y alabado; que ya existía con la observancia de los reglamentos
tradicionales, aun cuando no habían sido declarados todavía obligatorios en
conciencia; y que a ella pertenecían ya la mayoría de ellos, al menos en
espíritu, y algunos por promesa o voto temporal. Añadió que en aquella
Congregación sólo serían inscritos los que, después de madura reflexión,
tuviesen intención de emitir a su tiempo los votos de castidad, pobreza y
obediencia. >>[51]
AUXILIADORA
El título de Auxiliadora de
los cristianos, que san Juan
Bosco asocia al de <Madre de la
Iglesia>, indica la
intervención especial de María en las pruebas más difíciles de la vida de
cada persona, de la Iglesia y de todo el género humano.
Este título se debe al papa san Pío V que lo incluye en la
letanía de la Santísima Virgen, tras el de Consoladora de los afligidos, con
motivo de la victoria cristiana en Lepanto (1573), al establecer la
fiesta de la Virgen del Rosario el 7 de octubre.
La celebración litúrgica de la fiesta se debe al papa Pío
VII para agradecer a la Santísima Virgen su intervención en un período
difícil de la Iglesia. Alejado violentamente de Roma y prisionero durante cinco
años, el Pontífice imploró el auxilio de María e invitó a los cristianos
a dirigirse a ella. Contra toda previsión humana, Pío VII se vio libre y pudo
estar de regreso en su sede el 24 de mayo de 1814.
La devoción a María Auxiliadora muy difundida por san
Juan Bosco sigue propagándose gracias a la Familia salesiana. Él le dedicó un
templo en Turín y, en colaboración con santa María Dominica Mazzarello,
fundó la Congregación religiosa femenina de las Hijas
de María auxiliadora.
Auxiliadora
en tiempos inciertos
Don José Miguel Nuñez
escribe el 24/05/2013
María Auxiliadora es una
advocación para los tiempos difíciles. María es intercesora, protectora de los
débiles, aliento en la batalla, plaza fuerte en la que refugiarse ante el
peligro, consuelo en el dolor y esperanza en momentos inciertos. Auxiliadora,
siempre.
El 24 de mayo celebramos
la fiesta de María Auxiliadora. Una extraordinaria manifestación de devoción
sencilla y popular se extiende por todas partes del mundo en torno a la Madre
de Jesús bajo una de las advocaciones eclesiales más universales. La Virgen de
Don Bosco, como se le conoce en todo el mundo, es del pueblo. Como el Santo de
los jóvenes solía repetir, confiando en ella se ven milagros todos los días.
María Auxiliadora es una
advocación para los tiempos difíciles. En momentos complicados para la Iglesia,
la invocación a la Madre del Señor pidiendo protección y auxilio para los cristianos plasmó jaculatorias y plegarias que han estado
siempre muy presentes en el corazón y en los labios de los fieles. María es
intercesora, protectora de los débiles, aliento en la batalla, plaza fuerte en
la que refugiarse ante el peligro, consuelo en el dolor y esperanza en momentos
inciertos. Auxiliadora, siempre.
Don Bosco la experimentó
así, Maestra y Auxilio. La constante intervención materna de María mediando el
proyecto de Dios es el “hilo rojo” desde el que el propio Padre y Maestro de los jóvenes interpretó su vida al final
del camino. Contra viento y marea, superando enormes dificultades y con una
tenacidad inquebrantable, Juan Bosco dio impulso a un proyecto apostólico en el
que la presencia de la Auxiliadora constituye una elemento carismático sin el
que no puede entenderse su obra, titánica y creativa.
María fue una presencia
siempre serena en tiempos de tempestad. Un manto que cobija en la desnudez de
la noche. Una mirada materna que abriga el corazón de tantos muchachos en la
periferia de la gran ciudad. María Auxiliadora era de casa. Se paseaba por los
patios, estaba en los talleres, bendecía a sus hijos cada mañana al salir al
trabajo. El Oratorio de Valdocco fue una experiencia original y paradigmática
en la que, en tiempos de oscuridad y miseria, se abrieron espacios de futuro y
esperanza en la vida de muchos jóvenes que sintieron decirse una noche lluviosa
y fría, “pasa, quédate”. Y al día siguiente había más luz.
Don Bosco fue puerta abierta y pan partido. Su propuesta supuso
futuro y dignidad para los “pobres hijos del pueblo”. En su familia, en todo
tiempo, la presencia de María Auxiliadora ha sido siempre una plegaria en
tiempos difíciles y un milagro cotidiano.
Don Bosco propaga la devoción a Mª Auxiliadora dando la
Bendición que lleva su nombre, aprobada por la Iglesia y que Don Bosco impartía
principalmente a los enfermos: << Con un tercer escrito suplicó don Bosco al Padre
Santo que aprobara una fórmula, por él compuesta, para la bendición de María
Auxiliadora. La carta, aunque escrita en Roma, está fechada en Turín.
Beatísimo Padre: En medio
de la tristeza de los tiempos que vivimos parece que Dios quiere glorificar, de
varias maravillosas maneras, a su augusta Madre, invocada con el título de
María Auxilium Christianorum. Entre
otros motivos está el de la eficacia de las bendiciones con la invocación de
este título glorioso que suelen impartirse en diversos lugares, señaladamente
en el santuario a Ella dedicado en Turín. Mas, para que estas fórmulas sean establecidas
y reguladas según el espíritu de la Santa Madre Iglesia, el reverendo Juan
Bosco, rector de dicho Santuario y de la Archicofradía allí erigida, suplica
humildemente que la fórmula adjunta sea tomada en benévola consideración,
examinada, modificada y, si hiciera falta, corregida, para poder emplearla, al
impartir la así llamada Bendición de María Auxiliadora, especialmente en el
Santuario a Ella dedicado en Turín. Allí afluyen los fieles en todo momento a
pedirla con gran aumento de la piedad y muy a menudo con sensible provecho para
sus necesidades espirituales y corporales. La fórmula de que se habla es una
colección de jaculatorias, ya usadas y aprobadas por la liturgia de la Iglesia,
y aquí reunidas para mayor gloria de Dios y de la Bienaventurada Virgen María. Turín,
10 de marzo de 1878.
Gracias sin cuento había
ya concedido María a sus devotos y a los donantes para la construcción de su
iglesia en Valdocco, y en aquellos días no sólo derramaba más abundantemente
sus tesoros inagotables, sino que evidentemente, como madre ternísima, quiso
glorificar a su Siervo de modo más claro y unir su nombre al suyo; los fieles
adivinaron este misterio y llamaron a María Auxiliadora, la Virgen de don
Bosco.[52]
Así habla Don Bosco de
María Auxiliadora: << -Aunque el
tiempo apremia, quiero deciros dos palabras. Me siento feliz por hablar a
buenos cristianos en este día, en el que se celebra la fiesta de Nuestro Señor
Jesucristo en la Eucaristía y la de María Auxiliadora, Reina del cielo. María,
Auxiliadora de los pobres y Auxiliadora de los hijos Auxiliadora de los amigos
y Auxiliadora de los enemigos, Auxiliadora de los afligidos, de los herejes, de
los cismáticos, de los pobres pecadores; en una palabra, Auxiliadora de todos,
porque esta buena Madre quiere convertir a todos. Mas, para merecer su amor,
hay que honrar al Hijo y os indico ahora algunos medios para lograrlo. Para ser
queridos por El, hay que recibir a menudo los sacramentos, comulgar lo más
frecuentemente posible y, cuando no se pueda, hacer la comunión espiritual;
además, oír la santa misa, visitar a Jesús Sacramentado, asistir a la
bendición, hacer obras de caridad en honor de Nuestro Señor Jesucristo, porque
agrada al Señor que se practique la caridad >>.[53]
Quizás este sería el
primer himno de Mª Auxiliadora escrito por el Cardenal Cagliero, con música de
Juan Pagella, anterior al popular de Rendidos a tus Plantas: << Himno a
Mª Auxilidora del Cardenal Cagliero: << Don Juan Cagliero, siendo ya Cardenal
y para el cincuentenario de la basílica de María Auxiliadora el año 1918, mandó
a don Juan Pagella poner música a esta letra: «Oh María, Virgen poderosa, tú
que eres nuestro grande y glorioso auxilio; ayuda extraordinaria de los
Cristianos, terrible como un ejército formado en campo de batalla; tú que sola
has aniquilado las herejías en todo el mundo, defiéndenos del enemigo en las
dificultades, en las luchas, en los aprietos y, en la hora de la muerte,
acógenos en los goces eternos».[54]
Don Bosco recomienda esta
oración: <<Recurramos, pues, a Ella
diciendo frecuentemente la jaculatoria: María Auxiliadora de los Cristianos,
rogad por nosotros, en nuestras necesidades espirituales y corporales y,
especialmente, en las tentaciones. >>[55]
Don Bosco propagaba la
devoción a María con el título de Auxiliadora de los Cristianos: demuestra
siempre que a la Virgen le gusta ser invocada con el dulcísimo nombre de María
Auxiliadora.
»Oh María, sed
siempre Auxiliadora de los Cristianos, derramad continuamente sobre ellos
vuestras bendiciones. Proteged a la Iglesia y haced que salga siempre vencedora
de las guerras que contra ella mueven los poderes terrenos e infernales.
Proteged a su Augusto Pontífice, el afligido y siempre valeroso Pío IX, y haced
que, por muchos años aún, pueda gobernar con mano firme el timón de la nave
entre los peligrosos escollos de un mar infiel. Proteged esta ciudad católica,
virtuosa, caritativa y haced que en ella aumente cada vez más la fe, la piedad,
la generosidad, para ayudar y sostener las innumerables ((304)) obras, que la
religión y la caridad emprenden aquí valientemente y las terminan felizmente.
Proteged a ese venerando sacerdote que, confiado únicamente en la Providencia,
os levantó tan admirable monumento y proporciona tantos devotos para Vos y
tantos fieles servidores para vuestro Hijo en cuantos niños da asilo en este
lugar, para educarlos en la religión y en la piedad. Proteged a estos generosos
sacerdotes, que comparten con él sacrificios, trabajos y fatigas para arrancar
almas al infierno y conducirlas a vuestro Hijo. Proteged a estos jovencitos
para que correspondan siempre a los cuidados de su padre común, de modo que la
fortuna de ser acogidos por la caridad sacerdotal sea garantía de la suerte
feliz de ser un día recibidos por vos misma en el cielo. Bendecid a esta ciudad
del Sacramento y a todos los que vengan a veneraros e invocaros en esta vuestra
magnífica casa, para que todos experimenten que no sois venerada, invocada y
amada en vano, como Auxilio de los Cristianos y que sois en verdad, María
Auxiliadora». [56]
Don Bosco construye la
Basílica de María Auxiliadora con muchos milagros, como este: <<Don Bosco fue llamado al lecho de una persona
gravemente enferma. Estaba en cama imposibilitada desde hacía tres meses,
aquejada de tos y de fiebre, con grave debilidad de estómago.
-Si yo pudiese, comenzó a decir, recuperarme un poco, estaría
dispuesta a cualquier rezo, o cualquier sacrificio; sería para mí una señalada
gracia si tan sólo pudiese levantarme de la cama. - ¿Qué se le ocurriría
hacer?, preguntó don Bosco.
-Lo que me diga.
-Haga una novena a
María Auxiliadora.
-¿Qué debo rezar?
-Durante nueve días rece tres padrenuestros, avemarías y
glorias al Santísimo Sacramento con tres salves a la bienaventurada Virgen
María.
-Lo haré y ¿qué obra de
caridad?
-Si le parece bien y si consigue una verdadera mejoría, haga
una ofrenda para la iglesia de María Auxiliadora que se está edificando en
Valdocco.
-Sí, sí, con mucho gusto. Si durante esta novena consigo
solamente poderme levantar de la cama y dar unos pasos por esta habitación,
haré un donativo para la iglesia de que me habla. >> [57]
De Don Bosco y María
Auxiliadora se podía estar escribiendo mucho y así ha quedado en las Memorias
Biográficas de San Juan Bosco.
Yo lo resumiría todo: “María
Auxiliadora lo ha hecho todo” y “Rezad a María Auxiliadora y veréis lo que son
milagros”.
Pozoblanco,
Mayo 2013
JUAN JOSÉ GARCÍA TORRALBO
[1] Mt 1, 18-20;
[2] Mt 1, 18-20
[3] Mt 1, 24; Lc 1, 27
[4] Lc 1, 39-55
[5] Mt 2, 1-6; Lc 2, 4-7
[6] Lc 2, 15-20; Mt 2, 7-12
[7] Lc 2, 21-35
[8] Lc 2, 41-50
[9] Jn 2, 4
[10] Mc 3, 31-35
[11] Jn 19, 25-26
[12] Cap. 12
[13] Gen 3, 15
[14] Ex 2, 8
[15] Miq 5, 2
[16] Is 7, 14
[17] Sof 3, 14, 17
[18] Zac 2, 14
[19] Is 44, 1-3; 66, 7-13.
[20] Rom 1, 1-4
[21] Gal 4, 4
[22] Mc 1, 1; 15. 39
[23] Mc 3, 35
[24] Lc 1-2
[25] Lc 1, 35
[26] Lc 1, 38;
[27] Lc 1, 35; Mt 1, 18-20
[28] Lc 2, 10-11
[29] Lc 2, 34-35
[30] Lc 2, 49-52
[31] Lc 2, 40-51
[32] Hch 1, 14
[33] Lc 2, 19.51
[34] Mt 1, 18-25
[35] Jn 2, 1-4
[36] Jn 19, 25-26
[37] Ap 12
[38] Ef 5, 27
[39] Genesis 3:15
[40] Lucas 1:28
[41] MB 1, 304
[42] MB 5, 120
[43] MB 1, 116
[44] Mb 1, 414
[45] MB 2, 194
[46] MB 3, 253
[47] MB 5, 402
[48] MB 2, 63
[49] MB 2, 196
[50] MB 6, 79
[51] MB 6, 257
[52] MB 9,246
[53] MB 16,183
[54] MB 17,269
[55] MB 8,797
[56] MB 9, 286
[57] MB 7,402
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