TIEMPOS DE SOLIDARIDAD Y AMOR


 Tiempos de Solidaridad y Amor.-


Nos martillean día tras día con la crisis y sus múltiples aspectos, pues vivimos tiempos de crisis económica, moral, política, religiosa…, destacando los aspectos obscuros, feos, terribles de la misma hasta el punto de que su estela y hasta su mismo nombre nos enerva, nos obsesiona, nos aterra y hasta nos atenaza, y la verdad es que no es para menos.

Pero en tiempos de crisis, como en cualquier tiempo desagradable, duro, doloroso y adverso, hemos de sacar lo positivo para contrarrestar lo negativo; lo bueno para compensar lo malo; lo adverso para crecer, en una palabra lo aprovechable para ganar la partida con inteligencia y corazón.
Todos los tiempos de crisis llevan consigo otras actuaciones y compensaciones que aminoran lo doloroso y execrable que las crisis acarrean y ahí está la labor didáctica y efectiva a la que deben acogerse todos los responsables de masas que se precien de ser auténticos dirigentes de esta sociedad agobiada, porque también siempre se ha dicho que “a grandes males, grandes remedios” y buscar esos remedios debe ser norma de actuación prioritaria para toda persona, dirigente o no de nuestra sociedad, que viva atenazada por cualquier modalidad de crisis por las que aún atravesamos y además últimamente bastante perdurables en el tiempo.

Me llena de satisfacción y de esperanza comprobar cómo surgen los remedios ante esta pandémica situación, remedios y actuaciones unas llenas de humanidad solidaria y otras de amor cristiano que van paliando los efectos nocivos, sobre todo entre los más afectados y necesitados.
Valgan como botones de muestra las iniciativas de personas anónimas, sencillas, humanas, que con acierto los medios de comunicación ponen en nuestro conocimiento, como la oferta gratuita de un piso en Gijón por sus dueños para quien tenga necesidad de cobijo o haya sido desahuciado; o la de esa peluquera de Guadalajara que ofrece el importe económico de un día de trabajo a la semana para los necesitados; o los miles de anónimos que llenan con sus aportaciones los bancos de alimentos y las despensas de Cruz Roja, Cáritas u otras organizaciones sociales no gubernamentales y solidarias. Y por qué no, también destacar las generosas donaciones económicas de algún gran empresario español en favor de los necesitados.

Se acerca la Navidad, comercialmente ya empezó hace semanas; pero la verdadera, la autentica Navidad que nace del corazón y del portalito de Belén nos estimula un año más a pensar en los demás y a vivir para los demás, especialmente para los más desfavorecidos y faltos de cariño, ayuda y compañía.
Que “el feliz Navidad y próspero 2013” que en estos días vamos a repetir y a desearnos unos a otros hasta la saciedad, sea una pronta realidad para TODOS.
Unos lo harán por solidaridad o por filantropía; otros por AMOR, por amor cristiano y con mayúsculas, consecuencia de que somos hermanos e hijos de un mismo PADRE, que quiere siempre lo mejor para todos.
Pues eso, ¡que seamos muy felices siempre; pero de una manera especial en estas fechas!


Fernando Gámez de la Blanca.     Úbeda y Diciembre de 2012.-

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